El World Economic Forum, WEF, publicó las 10 habilidades directivas “más requeridas” para ejecutivos y profesionales. El mundo organizacional (consultores, ejecutivos, académicos) compartió y naturalizó muy entusiasta estos parámetros en las redes sociales. ¿Qué estamos viendo? ¿Qué está ausente? ¿Es una mirada neoliberal? ¿Hemos aprendido algo? RHM comienza un ciclo de reflexiones en torno a este manoseado y manipulado tema. ¿Qué necesitan nuestros líderes hoy?
En junio el organismo no gubernamental dio a conocer su lista de habilidades directivas entre las que se encuentran: 1) Pensamiento analítico e innovación. 2) Aprendizaje activo y estrategias de aprendizaje. 3) Resolución de problemas complejos. 4) Pensamiento crítico y análisis. 5) Creatividad, originalidad e iniciativa. 6) Liderazgo e influencia social. 7) Uso, seguimiento y control de la tecnología. 8) Diseño y programación de tecnología. 9) Resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad. 10) Razonamiento, resolución de problemas e ideación (puedes saber más acerca de las habilidades aquí).
Nos contactamos con Lorna Cortés, directora del magíster de psicología de las organizaciones de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), y con Daniel Soto, académico de la Escuela Psicología de la UDD, quienes nos entregaron su reflexión acerca del ranking de habilidades hecho por el WEF.
Lorna Cortés comenta que las habilidades designadas por el WEF se encuentran en la línea de lo requerido para sobrellevar los entornos cambiantes que caracterizan al mundo laboral actual. “Sin embargo, desde mi perspectiva, para ser buenos líderes se requieren algunas otras habilidades fundamentales como hacer sentido, transmitirlo e involucrar al equipo en el mismo, de manera que frente a los cambios las personas puedan tomar decisiones alineadas con el propósito. Así también, el involucramiento con el propósito permite tener equipos más comprometidos afectivamente con el trabajo y no sólo como algo transaccional”, dice.
Además, hace hincapié en la importancia de las capacidades psicológicas de los líderes en el entorno laboral. Opina que “es fundamental que los líderes tengan la capacidad de generar seguridad psicológica con sus equipos, es decir crear la confianza que los integrantes del equipo están en un entorno seguro, donde el probar y equivocarse no será castigado, al contrario, será valorado y aprenderemos como equipo de los errores para poder avanzar más rápido frente a los desafíos. Considero que dada la complejización de los entornos, esto es y será una habilidad fundamental”.
Concluye que “todas las habilidades que se presentan acá son habilidades que me harán un buen profesional y con mayor empleabilidad, pero no necesariamente un mejor líder. Un líder requiere involucrarse con los integrantes de sus equipos para que ellos puedan sacar lo mejor de sí y así enfrentar las tareas y desafíos que tenemos en lo laboral”.
Por su parte, Daniel Soto, menciona que, generalmente, las instituciones dedicadas al área de competencias y habilidades ponen su foco sobre la capacidad del capital humano de adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado. “Esto es así porque si el empleo se ejecuta con resultados esperados, y si por otro lado existe una capacidad constante de adaptarse a las necesidades nuevas, las organizaciones terminan cumpliendo objetivos que benefician a la sociedad y también corrigen aquellos aspectos del funcionamiento organizacional que son a veces dañinos para la sociedad como es el caso por ejemplo los costos ambientales que produce el funcionamiento empresarial”, señala.
Además detalla que aparte de estas habilidades de desarrollo profesional que se especifican en la lista de la WEF, se requieren condiciones estructurales y de funcionamiento organizacional. “La cuales permitan que estas destrezas tengan un efecto positivo tanto en las personas que trabajan en la organización como en sus clientes, y también en los procesos”, afirma. Además, agrega que “se echa en falta la habilidad de gestionar transformación y, por otro lado, la habilidad de conectar y empatizar a niveles de la inteligencia emocional con los colaboradores”.
También deja en claro que en el marco nacional en cuanto a estas habilidades el panorama no es muy halagador. “Las personas que tienen roles de liderazgo o profesionales que también deberían tener estas destrezas, por lo general no las poseen. Sin embargo, todo tiene una explicación bastante razonable, y es que para adquirir estas habilidades tiene que haber un proceso formativo intenso a nivel de colegio, pregrado, postgrado y de las organizaciones”, indica.