Desde que nos enteramos, muy temprano, de la partida de Humberto Maturana, empezamos raudos a reportear y buscar palabras entre los distintos grupos humanos vinculados al mundo del trabajo. Académicos, intelectuales, investigadores, gerentes, sindicalistas. En esta segunda entrega las palabras de: Juana Anguita, Carlos Sandoval, María José Bosch, Ricardo Baeza y Ricardo Nanjari.

Haz dejado una pionera huella en el mundo con tu caminar
Juana Anguita, Ph.D., psicóloga, profesora, consultora.
Con la muerte de Humberto Maturana, a sus 92 años, se cumple lo dicho por el poeta y nos hace sentido: “No hay que pasar por la vida, sin dejar una huella… La verdadera muerte es el olvido…” Tú dejaste una enorme huella, Humberto, no solo en Chile, sino en el mundo científico y social.
Una buena muestra de lo que dejaste en el mundo de la biología y la psicología, es lo que acabo de recibir. La transcribo -a la manera tecnológica actual, desde -el WhatsApps del Colegio de Psicólogos de Chile, “Replanteando el Colegio de Psicólogos de Chile”
Allí decimos lo que ¡tantos estamos pensando, y con gran agradecimiento!
Transcribo algunas opiniones que comparto: “Integró, científicamente fundadas, las bases de la biología con la funcionalidad de la psicología, además de la ética”. “Presencia imperecedera”. “Su aporte perdurará por mucho tiempo”. “Su obra es un reflejo de quien era como persona”. “Gran inspirador en nuestra Psicología y como ser humano”. “Nos revolucionó la forma de entender el mundo”. “A todos nos afecta su partida, nos entregó mucho en que pensar”. “Fue un enfoque importante y referente para los post racionalistas y un gran amigo”. “Acuño la visión autopoiética en la naturaleza de los seres vivos… y más…” “Que descanse en paz, nuestro científico y profesor, del enfoque sistémico”. “Lamentable pérdida. Hizo su última coordinación de Coordinaciones conductuales”. “Su obra lo hace inmortal y tambien, junto a Francisco Varela”.
Una muestra de todos los que sentimos pesar por su ausencia.

Aporte a la filosofía del lenguaje
Carlos Sandoval, filósofo y magíster en dirección de capital humano y ciencias políticas.
“Tuve el privilegio de conocer a Humberto Maturana y su pensamiento en mi época de juventud universitaria, cuando él escribía junto a Francisco Varela, en un computador Mac I El Árbol del conocimiento, en formato horizontal, con dibujos, globos de llamadas de atención y ejercicios prácticos … todo una revolución del pensamiento y la forma para el mundo de la época, achatado por el pensamiento militar dominante, el dogmatismo marxista y la rigidez moral tradicional. Maturana fue antes que nada aire fresco, pensamiento libre y trato cariñoso.
En lo intelectual Maturana fue para muchos de nosotros el punto de contacto, de entrada o de paso con el pensamiento emergente de nuestro tiempo: la relevancia del lenguaje y las emociones en el desarrollo humano, el lugar privilegiado de la biología para explicar el comportamiento y la actualización de la perspectiva sistémica son puertas que nos abrió con su pensar.
En el ámbito de las ciencias sociales y de las organizaciones en el que me ha tocado desempeñarme Maturana implicó incorporar una nueva mirada a todos los fenómenos relacionales: hoy parece obvio entender que la comunicación tiene un impacto altísimo en la efectividad y bienestar de personas y equipos; es evidente que en las organizaciones necesitamos desarrollar competencias emocionales para enfrentar el presente y proyectarnos al futuro; nadie duda que el futuro en una realizad que se construye en el lenguaje de la comunidad y por ello es tan importante la cultura. Todo esto no hubiese sido posible sin la participación destaca de Maturana.
Aún más profundo, en el plano de la Ciencia Maturana hace a mi juicio tres contribuciones notables: exhibe una prueba biológica de los postulados que la filosofía de Husserl, Heidegger, Ponty y la filosofía del lenguaje venían atisbando desde inicios del silo XX. La importancia del lenguaje y la intersubjetividad en la construcción de la realidad. Derrumba con su mirada de la autopoiesis y la deriva estructural toda explicación cosista de los seres vivos y especialmente de lo humano y asesta un golpe mortal al concepto de causalidad en las ciencias humanas: qué es esto de pensar que el fenómeno A es causa del efecto B pasando por alto que entre ambos hay un sistema que responde, siente, piensa, tiene biología e historia y que desde esas dinámicas se construye la respuesta.
En lo político y comunitario su mirada del respeto (como aceptación incondicional del otro) aparece hoy, a 30 años de distancia un anticipo del mundo que necesitamos construir: diverso, inclusivo, pacífico y respetuoso.
Finalmente, siento necesario hacer evidente que Maturana nunca tuvo una mirada amable de aquellos que intentaban legitimar sus nuevas prácticas organizacionales en la biología del conocimiento y en el propio Maturana (muchas veces sin siquiera haberlo leído). Maturana era amante de la Universidad de Chile y de la educación pública, no de lo privado.
Ha sido un privilegio que nos tocara convivir de cerca con un grande del pensamiento, la ciencia y la buena convivencia. Ojalá nuestro espíritu nacional no lo endiose al nivel de hacerlo un intocable intelectual con el cual no se pueda debatir y disentir, sería traicionar su espíritu libre”.

Mirada integral
María José Bosch, Ph.D., directora del Centro Trabajo y Familia ESE Business School U. Andes.
“Humberto Maturana fue una persona que logró poner en palabras la riqueza del ser humano, de la importancia del diálogo y de como “las palabras pueden construir realidades”. Aportó a la mirada integral de lo que significa vivir en sociedad”.

Profundidad valórica
Ricardo Baeza, académico Escuela Psicología UAI
“Dolido por la partida de Humberto Maturana, no sólo uno de los pensadores más importantes que hemos tenido la dicha de tener en nuestro país, sino además por lo que su pensamiento significó en todo mi propio proceso formativo.
Casi no hay conversación o argumento en los que, de una u otra forma, no haya incorporado y tenga presente alguna parte de sus ideas. Decir que su teoría del observador fue un hito fundacional en mi formación sería quedarse muy corto respecto de su importancia. Pero quizás lo más relevante, más allá de su originalidad conceptual, sea su sabiduría de haber incluido la dimensión emocional y el altruismo como determinante central del fenómeno de lo humano.
No sólo fue un gran erudito, por la multiplicidad de todos sus saberes, sino antes que todo un verdadero sabio, aquilatando la dimensión de lo humano desde una perspectiva ética y fundamentando su discurso más allá de lo estrictamente racional, dándole una profundidad valórica y con verdadero sentido y propósito, haciendo del respeto y el amor a la humanidad su mejor cualidad
Descanse en paz don Humberto, con la tranquilidad de saber que su vida cambió el mundo… y para mejor. ¡Muchas gracias por todo!”

El amar en el origen
Ricardo Nanjari, ingeniero y consultor de personas.
“El árbol del conocimiento fue el primer libro de Humberto Maturana que leí. No estoy seguro de haberlo comprendido totalmente, pero me cautivaron las situaciones expuestas y las frases que se destacaban a un costado, las que seguramente me llevaron por el camino del estudio y del aprendizaje. Surgían desde allí nuevas preguntas por el ser, el hacer y por el observador que somos.
Desde ese libro, escrito en conjunto con Francisco Varela, otro gran investigador, hasta el más reciente El árbol del vivir, escrito con Ximena Dávila, han pasado muchos años y muchos árboles han crecido, dando sus frutos, y ahora, en un tiempo que la muerte se ha mostrado más desenfadada, también están falleciendo no sin dejar sus semillas.
La partida de Humberto Maturana, para quienes hemos tenido la fortuna de conversar alguna vez con él, asistir a sus charlas y cursos, o bien leer algunos de sus libros, ha dejado una huella de inspiración que no se borrará. Si todo vivir humano ocurre en las conversaciones, entonces, sin duda él seguirá viviendo en ellas”.