Hoy toda empresa globalizada y competitiva deberá incluir los derechos humanos en su catálogo de valores y propósito. Un paso reciente y decisivo ya lo dio la Unión Europea al legislar y profundizar temáticas de DD.HH. para las organizaciones.
La inclusión de los DD.HH. al catálogo de valores de una compañía ha modificado la forma de concebir las empresas del siglo XXI. ¿Por qué los DD.HH. deben estar dentro de la gestión de personas y la responsabilidad social empresarial en Chile? En este nuevo podcast el experto Dante Pesce, director ejecutivo del Centro Vincular de la Pucv y ex miembro del grupo de trabajo de empresas y derechos humanos de la ONU, conversó con RH Management sobre las tendencias mundiales a estas temáticas y su impacto en las organizaciones.
Dentro de las Naciones Unidas existen dos convenciones: una de derechos políticos y otra de derechos económicos y sociales. El segundo es el más conocido por el mundo del management. Acá en nuestro país, hace 4 o 5 años atrás, hubo empresas pioneras (como Sodimac) que incorporaron los DD.HH. dentro de la escala de valores de la compañía. Fueron las primeras en poner los valores antes que la rentabilidad y la mayoría las consideró como excéntricas.. Sin embargo, el panorama es ahora aún más exigente y la excentricidad pasó a ser la norma en los países desarrollados.
Dante lo explica en drivers:
- Expectativas sociales en alza: hoy las sociedades esperan más de las empresas, existe más acceso a la información, hay mayor educación educación y crece el escrutinio público. Por lo tanto, por medio de nuevas regulaciones se impulsa a los países hacia mejores prácticas.
- Inversionistas mirando la sostenibilidad: los grupos inversores incorporan en sus políticas estándares de probidad, ética y valóricos que van más allá de la rentabilidad pura. Las políticas de los derechos humanos son parte de sus manuales.
- Comercio global y sostenible: los consumidores finales y los países a los cuales exportamos están colocando estándares más altos y exigentes para que nuestros productos y servicios entren a sus mercados. Ya no solo importa la calidad, se están fijando en sus procesos y en las prácticas empresariales de los exportadores.