La doctora María José Rodríguez es académica de la Universidad de Santiago de Chile y consultora organizacional. Su foco de trabajo está en el logro de mejoras en los procesos de inclusión e igualdad de género. Además de la vicepresidencia de la Sociedad Chilena de Psicología del Trabajo y las Organizaciones, Schipto, lidera el equipo encargado de generar orientaciones para la efectiva inclusión y la expresión de los derechos humanos en el trabajo. En este equipo también están participando los profesionales Ursula Schulz, León Ortiz, la Dra. Nora Gray y Silvana Oros.
María José señala que “como equipo de trabajo en inclusión de la diversidad y derechos Humanos en las organizaciones esperamos aportar desde la comunidad de la psicología del trabajo y las organizaciones con saberes disciplinares y sistematización de experiencias exitosas, abocándonos a la generación de contenidos orientadores para potenciar la gestión de las personas en contextos de cambio y nuevos desafíos sociales, en beneficio, especialmente, de los grupos de personas más vulnerables y que viven mayor exclusión en el mundo del trabajo”.
Según la especialista “lograr la real inclusión, de manera efectiva y equitativa, es una tarea que puede ser difícil dada las barreras históricas y, cuando no se cumplen ciertos estándares, es posible que se generen dificultades y retrocesos, así como exclusión interna”. Enfatiza que “Hoy ya sabemos que un buen proceso de inclusión y onboarding requiere preparar a los equipos y las jefaturas, de manera que resulte adecuado para las personas que ingresan y también para quienes ya están formando parte”.
Para la Schipto la inclusión laboral es más que la incorporación de personas en puestos de trabajo, aun si estos últimos han sido adaptados a sus características. Al respecto, María José Rodríguez, recalca, que “la inclusión implica que se geste una real participación, en el marco de la valoración de las diferentes identidades culturales. En este sentido, el liderazgo inclusivo es clave, dado que, promueve la transformación tanto estructural, como cultural y social. De este modo, las relaciones formales e informales se sostienen en una lógica de derechos, evitando una integración del personal que puede darse dentro de un marco reproductor de las desigualdades arraigadas en la cultura y las estructuras organizacionales”.
Finaliza, sosteniendo que en su equipo de trabajo saben que la inclusión de la diversidad es crítica para el desarrollo de la creatividad y la innovación en las organizaciones. “Y que, además, estando en el marco de los derechos humanos es un motor para el desarrollo de la sociedad en su conjunto”, subraya.
