No es un juego de palabras. Es más bien una mera aproximación para lo que se viene en todo orden de cosas y una invitación a aprovechar lo que tenemos… mientras dure ( Publicado en RHM 82, octubre 2014).
Hasta hace poco, la palabra desapego ha estado más bien asociada al ámbito de la psicología, pero todo indica que no sólo deberemos incorporarla a nuestro vocabulario, sino que también empieza a ser necesario desarrollarla como habilidad. Esta y muchas otras que nos ayuden a sortear las cada vez más movidas aguas en las que empezamos a navegar. El cambio que empezamos a notar desde hace un tiempo, se hace cada vez más presente a la hora de tomar decisiones con el añadido de la velocidad, la que irá en aumento. Mientras todo se mueve, la inestabilidad aparece como el único parámetro constante, aunque suene irónico. Pero si lo queremos escuchar en términos positivos, flexibilidad es la palabra más apropiada.
Esas son algunas de las conclusiones que podemos sacar después de escuchar la presentación de Rita Gunther McGrath, profesora de la Columbia Business School y conocida a nivel mundial como una experta en estrategias de negocios en entornos de alto dinamismo e incertidumbre. Autora de varios libros, McGrath es también oradora, coach y consultora de equipos de liderazgo de alto nivel en organizaciones como General Electric, Nokia, Microsoft, PPG, Novartis, One Technologies y el Foro Económico Mundial. Ella era una de las invitadas estrella del último Congreso Internacional de Recursos Humanos celebrado en nuestro país y quienes tuvimos la oportunidad de escucharla quedamos con mucha inquietud ante su proclama sobre el fin de las ventajas comparativas. Si ya estaba siendo difícil tomar decisiones en el actual ambiente de incertidumbre, la invitación de McGrath es a acostumbrarnos a la idea de mirar aún con más atención a nuestro entorno, pues ya no será válido para muchas compañías hacer planes en base a las proyecciones de ventas.
Un ejemplo de esto lo estamos viendo ahora mismo con McDonalds, el gigante de la comida rápida que empieza a sufrir los embates de la competencia a nivel mundial. Cierre de locales en Rusia por mala higiene, problemas en China al descubrirse que su proveedor entregaba carne vencida, más la caída en las ventas en su país de origen, Estados Unidos, han dado como resultado los últimos tres trimestres en rojo para McDonalds y todo indica que eso continuará en el cuarto trimestre, según lo reconoció su presidente, Don Thompson. “Es muy fácil pensar que tenemos ventajas comparativas duraderas”, dice McGrath y citó como ejemplo -entre otros- el caso de Blackberry y su corto reinado en el mundo de la telefonía móvil con la irrupción de los smartphones.
“La idea dominante era que la estrategia para el éxito consistía en establecer una posición competitiva única y que ésta se mantendría durante un tiempo prolongado. Pero eso ya no es válido en la mayoría de los sectores”, dice McGrath. El nuevo concepto es la “ventaja competitiva transitoria” (transient competitive advantage), sumado al aprendizaje de nuevas iniciativas estratégicas -las que a su vez pueden cambiar una y otra vez- creando un portafolio de ventajas que se toman y abandonan a toda velocidad. Sí, el éxito empresarial requiere de nuevas capacidades y de una apertura cada vez más necesaria a la innovación para ir en busca de esa ventaja competitiva transitoria.
McGrath recomienda encarecidamente a los líderes tomarse su tiempo y no enfrascarse tanto en el ajetreo diario para hacerse preguntas tales como: ¿Hay nuevos competidores emergiendo en algún lugar inesperado?, ¿Hay empresas de otros sectores que empiezan a mostrar interés en lo que estamos haciendo? ¿Están apareciendo sustitutos más baratos para nuestros productos y haciendo ya incursiones en el mercado? Ese tipo de cosas son en sí indicadores de que la ventaja competitiva está empezando a desvanecerse.
El hito de todo este acelerado cambio puede que esté marcado, según un estudio de el Wall Street Journal, desde el 2007 cuando el iPhone fue presentado por primera vez. Para el 2012, el gasto de los hogares en los EE.UU. en comunicaciones se incrementó en un 11 por ciento, mientras que el gasto en automóviles se redujo. Eso es mirar muy atentamente para el lado y darse cuenta que si vendemos ropa, nuestros competidores ya no son las otras marcas, sino el último modelos de smartphone o tablet.
Si en su organización aceptan que las ventajas comparativas son ahora transitorias, lo recomendable es hacer una reestructuración lo sufi cientemente flexible, ya que demasiada estabilidad puede ser peligrosa. De hecho, ya hay empresas que se reorganizan cada dos o tres años porque se han dado cuenta que estar demasiado asentados en una forma de trabajar da lugar a la resistencia sistémica.
El nuevo líder
McGrath cree que no debemos ver la reorganización como algo negativo. Aunque las empresas utilizan las estructuras como un medio para un fin y en la mayoría de los casos es para capturar y compartir información o para desarrollar una serie de funciones, no hay nada malo en empezar a concebirla como una estructura cambiante. Porque en un entorno en rápida evolución, las estructuras que requieren un flujo de información muy pesado o que son muy jerárquicas, van a ralentiza aún más los procesos cuando la demanda afuera exige cada vez un mayor dinamismo. Eso significa que debemos empezar a acostumbrarnos a analizar las diferentes ventajas y desventajas. “Usted elegirá flexibilidad sobre optimización, incluso si tiene que renunciar a un poco de margen para hacerlo”, dice McGrath.
Nada de fácil para lo que tradicionalmente hemos entendido como líder. De hecho, puede que sean ellos los que se llevan el mayor peso en todos estos cambios. “Los líderes tienen que dejar de estar a la defensiva y ser honesto”, señala McGrath quien explica que para ella hay dos preceptos ampliamente escuchado que ya no tienen validez: “El primero es: “No me traiga sorpresas”, lo que signifi ca que los números tambalean. Pero cuando las sorpresas son acontecimientos imprevistos, como un nuevo competidor que viene de otro contexto… los líderes necesitan escuchar acerca de ellos o podría ser fatal. El segundo es: “No me traiga un problema sin solución.” Eso tiene mucho sentido en un mundo donde siempre hemos sabido lo que tenemos que hacer. Pero en un mundo en el que sucede lo inesperado, si yo no te puedo traer un problema para el que no tengo una respuesta, ¿adivinen qué?: Usted no va a oír hablar de eso hasta que es demasiado tarde”.
Los líderes tienen que ser mucho más abiertos a la información y estar atentos a las noticias, incluso si se trata de una mala noticia. Deben ser sinceros, poner los problemas sobre la mesa y dejar de estar tan centrados en la excelencia operativa. Lo mismo vale para el tipo de colaboradores que se necesitarán, porque muchos optarán por personas educables en lugar de personas que están profundamente especializadas. Todo eso exigirá también un cambio de mentalidad a todo nivel y es aquí cuando McGrath introduce otro concepto: El desenganche, el que a su vez va con el apellido de “saludable”, pues ahora más que nunca, nuestras redes de contactos serán vitales para mantenerse vigente y encontrar nuevas posibilidades de empleo, o incluso, volver a nuestra antigua compañía si es que ésta requiere en un futuro de nuestros servicios. Hay que estar abiertos a todo y no tomarse nada como personal, nos aconseja McGrath.
Pero esta es también una posibilidad dentro de las muchas que se podrán dar en la industria del trabajo. También hay compañías que necesitarán capacitar a su gente y no se están preocupando por hacerlo. “Es irónico que muchas empresas no están invirtiendo en la gente, pero luego están dispuestos a pagar mucho dinero por las personas que tienen capacidades críticas. Una organización con visión de futuro se da cuenta de que el talento humano es una de las pocas cosas que les permitirán navegar en las olas de la ventaja. Una empresa que trata a las personas como recursos desechables va a ser recompensado por ello en el corto plazo y castigado en el largo plazo”. Para esta reconocida oradora, “la próxima ola de estrategia en el trabajo es desarrollar rigurosamente la caja de herramientas que las empresas van a necesitar para este nuevo mundo de la ventaja transitoria. concluye McGrath.