Ronald Echeverría es un headhunter internacional de Guatemala que lanzó recientemente en Amazon el libro Reescribiendo el edadismo: un viaje con la inteligencia artificial y la neurociencia.
El consultor de la firma ACE señaló que en el mercado del trabajo, al menos en los últimos 10 años, “ha habido una tendencia a la discriminación por factores de edad en todos los países de América Latina, incluyendo a España”. El filo de la discriminación puede comenzar incluso a los 38 años.
Explicó que en algunas empresas hay estereotipos, prejuicios, y paradigmas en relación a la edad, “que es un constructo social de nuestros países hispanos, que comienza a ver a las personas de determinada edad, como que ya no son adecuadas para el trabajo, y los comienza a catalogar bajo esas categorías como excusa para excluirlos. Se los etiqueta como más caros, inflexibles, que son más proclives a enfermarse, son más difíciles de capacitar y de entrenar”.
Echeverría afirmó que el creer que un trabajador mayor es más caro que un joven, “es un prejuicio, porque hay mayores de 40 años que estarían dispuestos a desempeñarse por un salario menor, porque lo que desean es emplearse”.
En el libro hay una caracterización de este fenómeno, incluyendo de Chile. Según indica el consultor, a pesar de que a nuestro país se le visualizaba como una de las economías más pujantes, “también los prejuicios han acaparado Chile y ha comenzado a castigar el factor edad en el acceso al empleo”.
Las empresas, al excluir a los trabajadores mayores, “están perdiendo experiencia, empatía, pensamiento crítico, compromiso, resiliencia, inteligencia emocional. Esta es una característica más generalizada a partir de los 40 años, versus un joven de 23 o 24 años”. En el caso de las mujeres, en los países latinos, la discriminación por edad en contra de ellas es aún más pronunciada.