Es un apasionado por el cuerpo, como objeto de estudio pero sobre todo como sujeto o protagonista de la existencia.
Rodrigo Pacheco es un personaje en el que su trayectoria habla de una convergencia interesante, donde encontramos producción intelectual y mucha actividad corporal. Hay sin duda un ímpetu particular que funde lo profesional con un proyecto de vida. Se desempeña como director regional de programas nuevos y avanzados en Newfield Network y desde ahí hoy forma a coaches entregando una impronta que a nadie deja inmóvil.
Nos cuenta que cambió cinco años de ingeniería por la educación física, cosa que le permitió comprender otro de sus ejes de análisis. Con la educación física aprendió sobre el movimiento humano desde lo anatómico, biológico, fisiológico y biomecánico. Pero como si la vida fuera una montaña rusa, antes de bajar una pendiente, siempre hay una ascensión y antes de esta vocación cognitiva, hubo una etapa que implicó una compulsión hacia la actividad física pero del orden, según indica, “de gozar la vida”: bailar, jugar fútbol, nadar, correr esas sus actividades favoritas.
Su historia corporal habla que junto a Mauricio González participó de la innovadora experiencia de entrenamiento corporal desarrollado de la empresa Ticinco. Se formó y luego fue formador de couching. Penduló entre investigaciones y prácticas y así comenzó a enseñar lo que denominaron: el trabajo corporal. Evolucionó. Luego elaboró un modelo basado en el movimiento corporal. El resultado de todo ese camino es la creación de una metodología de aprendizaje que en un comienzo llamaron Aprendizaje en Movimiento y hoy se conoce como Cuerpo y Movimiento, lo interesante de este método es que surge desde el interior de un proceso de formación de coaches y su puerta de entrada son las emociones y el cuerpo.
En el contexto organizacional ¿Por qué incorporar lo corporal al coaching?
– Mira, lo principal es que las organizaciones siempre están buscando un fin: que las personas se integren; que den resultados; que cumplan sus metas; sus sueños. A su vez, las organizaciones son conducidas por personas que en ocasiones son ellas mismas el límite o el obstáculo para poder lograr lo que se quiere. El coaching ontológico mira integralmente ese fenómeno, del lado de las conversaciones, desde las emociones y del lado de la corporalidad. La centralidad de la corporalidad para Pacheco está en que “existe una biología que sostiene todo lo que son las conductas, los pensamientos, los sueños, las emociones”. Y por eso para el couching es necesario tener una mirada profunda sobre el cuerpo. Según el experto existe una brecha entre el discurso de un jefe, que por ejemplo, mandata algo y el efecto o efectividad que logra en las personas. Debido a la existencia de poca capacidad de auto observación o bajos niveles de auto conocimiento, es que las personas fallan en acompañar a sus subalternos en determinadas tareas o un trabajador en la atención de sus clientes. Este es el terreno fértil para el coaching y el cuerpo sería el espacio natural de intervención.
“No existe otro secreto para generar aprendizaje, igual como aprendiste a manejar, a leer, todo eso pasa por una recurrencia corporal. Una vez que ya identificaste lo que tienes que aprender tienes que pasar por un espacio de recurrencia. En lo conductual es raro llegar a una recurrencia de cómo liderar mejor o cómo contener mejor a una persona que tiene problemas. Es extraño tener una recurrencia de cómo pensar a un grupo para que cumpla mejor sus metas, eso lo hago instintivamente. Lo anterior refiere una mirada profunda sobre el cuerpo, en detalle, hay que habitar cada situación en el cuerpo, observando como se producen los cambios desde el mismo cuerpo”.
MODELACIONES SOCIALES
En Newfield están trabajando con una modelación denominada “juegos sociales”. A través de la observación se pueden determinar ciertas recurrencias que suceden en contextos grupales gatillados por diferentes situaciones o emociones. Los juegos sociales coresponden a determinados contextos. Por ejemplo, en un contexto de confianza se pueden observan ciertas conductas diferentes a otros donde la emoción está conectada con un empezar a construir relaciones con gente que no conoces. “Entonces, unas de las cosas que hacemos es observar el origen de esos juegos sociales, para poder mostrarlos y empezar a trabajar desde ahí para producir cambios”. Otro metodología, que para Pacheco es “una de las cosas más poderosas” que están haciendo en su compañía, se llama “modelo de los personajes”. En ella determinan, por ejemplo, crear un personaje denominado “el buena persona”. Este personaje tendría características tales como ser conciliador, que no genera tensiones dentro del grupo y además, le cae bien a todos. La intevención grupal a través de esta metodología hace que las personas “funcionen” desde ese personaje, que traten de mirar el mundo desde ahí y eso luego se analiza dentro del grupo. Se observa que cada personaje tiene un verdadero paradigma existencial, que determina no sólo como mira el mundo, sino también el como vivo las emociones y la corporeidad.
Este enfoque plantea que hay personajes maestros que se aprenden sobre todo en la etapa de la adolescencia, que es cuando “sales a enfrentar el mundo” y aparecen los conflictos con la familia, con el colegio. A lo largo de la vida y a través de mecanismos de imitación, las personas construyen distintos personajes, que luego van modificando. Esos juegos sociales son los que determinan los diferentes personajes que se construyen a lo largo de la vida y que a pesar de perder sentido en un momento determinado, permitiendo que las personas aprendan el “juego social” de construirlo. Para Rodrigo lo más poderoso de esta metodología es que permite descubrir posibilidades de ser otra persona y dentro del ámbito organizacional, jugar otros roles dentro del grupo. “El quiebre es muy grande cuando las personas se dan cuenta”, cuando observan los cambios y ven que el personaje funciona en ellos.
¿Qué diferencia este tipo de metodología a otras que apelan básicamente a lo cognitivo?
– El trabajo cognitivo es de corto plazo, es entendimiento y la gente sabe lo que tiene que hacer pero no termina de hacerlo. A lo más llega a un movimiento emocional, porque descubriste la manera en que estás funcionando. Pero hay algo que permitirá la transformación total y eso es un cambio de tu ideología. Todo lo de los personajes que hemos hablado son verdaderos estructuras cristalizadas que están armados de respuesta neuronal, neuromuscular, emocional. Para lograr un cambio total, necesitamos movimiento de sinapsis, cambios en las conexiones que produzcan otras cosas; lo otro es solo comprender lo que está pasando y no producir cambios.
¿El cuerpo miente? ¿La gente dice tiene puesta la camiseta de la empresa, pero no siempre es así?
– En estos juegos la honestidad aparece claramente. Gente entrenada sabe distinguir donde hay compromiso real y donde no, donde esté el tipo alineado, el que quiere aprender, el que está resistiendo, eso se observa en el cuerpo…
¿Cómo se plantean ustedes el tema ético en sus intervenciones desde lo corporal?
– Pasa algo similar con el couching… es un tema complicado, muchas veces nos piden hacer cosas que no aceptamos. Hay mucha gente que te pide un poco de circo, de ruido y eso a nosotros no nos interesa. Frente a eso tenemos que elegir y no aceptamos cosas que suenen a manipulación o que vayan contra las personas. Es un trabajo muy poderoso, en el que se pueden lograr muchas cosas, en el corto plazo, generando estados de ánimo, por eso la ética es fundamental. Para nosotros es clave contar con la aprobación de las personas con que trabajamos. Eso implica que si la persona no está segura donde está metida, para nosotros eso es manipulación. Debe elegir, optar por un cambio que debe servir a la organización, pero también a ella. Sin esa conciencia no podemos trabajar, sobre todo en el coaching es necesario escuchar esa declaración de aceptación del cambio.
¿Estamos en alguna etapa determinada en la búsqueda de una mayor conciencia corporal?
– Creo que estamos en el inicio de una transición. He sido parte de la historia del coaching en Chile. Recuerdo la época en la que hablar de emociones era una locura. Es parte del sentido comun hablar hoy de las emociones y lo mismo está pasando con el cuerpo. Tengo la impresión que en cinco años más no debiera haber un proceso de transformación cultural que no considere la dimensión corporal. Para que la gente cambie necesitamos que su biología cambie y que su estructura fundacional cambie y nuestra experiencia en Newfi eld es que eso es posible.
Por último, Rodrigo Pacheco reflexiona sobre aquellos cambios necesarios para que la gestión de personas en las organizaciones avance en una política corporal que abandone la mirada utilitarista sobre el cuerpo. Señala que se requiere un cambio de conciencia importante, que considere al menos las cuatro dimensiones en que el ser humano existe que son nuestro mundo conceptual o espiritual, el del lenguaje, de las emociones y el de nuestro cuerpo. Para el especialista hay que superar las cosas que se hacen por marketing y que son coyunturales, pero se manifiesta optimista ya que han pasado por Newfield varios empresarios que buscan estas tranformaciones. Para un militante de lo corporal tiene más sentido confesar que la búsqueda en las organizaciones debe estar centrada en la integralidad del ser humano, sólo así tiene más sentido recuperar al cuerpo para ser más libres.
Esta entrevista fue publicada en nuestra edición RHM 83.