Es psicóloga de formación y coach ontológico, siendo su apuesta vital, las relaciones interpersonales y las posibilidades de aportar y co-construir bienestar social. Es además muy inquieta intelectualmente y tiene una capacidad ilimitada de ir componiendo una sinfonía que combina teoría y conceptos con aspectos prácticos de su quehacer como gerente de Cuidado y Desarrollo del IST. No hay duda que lo suyo es la reflexión que busca integrar polos que dividen las cosas y no duda en demostrar entusiasmo al otorgarle a la conversación el sitial de espacio privilegiado para encontrar una salida a las disyuntivas que hoy tensionan al mundo del trabajo. Al final de la entrevista nos confiesa su timidez, cosa algo oculta si apreciamos su expresividad al responder nuestras interrogantes, pero también confiesa otra cosa, que se siente cómoda y entusiasmada con las preguntas que le hicimos.
Comenzó a trabajar como psicóloga en la década de los noventa en la minera El Teniente y recuerda que en esa época su impronta profesional era más comunitaria que clínica. Algo que la marcó fue generar ahí un proyecto de prevención participativa. En terreno y junto a los mineros constató el poder de las conversaciones, las emociones y la corporalidad y su aporte a los procesos participativos. Dejó la mina para irse a cumplir con otro anhelo que proviene de su interés por lo social e hizo el Servicio País. Trabajó en la comunidad de Coya cerca de Machalí y desde el municipio, otra vez se encontró con proyectos participativos, pero esta vez, de organizaciones sociales de desarrollo comunitario.
En esta época distinguió ya la formación de lo que sería su forma de comprender y mirar el mundo del trabajo. Postuló y entró a trabajar al IST el año 2003. “Cuando ingresé al IST había una mística que me inspiró desde un comienzo, el Gerente de Prevención me llamó a trabajar por la calidad de vida de los trabajadores y eso me hizo mucho sentido”. Participó de un equipo de cinco psicólogos que buscaban bajar las tasas de accidentabilidad de sus adherentes. Luego le ofrecen crear y liderar la Gerencia de Innovación en Prevención del IST. “Cuando me ofrecieron la gerencia me demoré tres meses en decir que sí. Encontraba que no estaba preparada a pesar que había estudiado mucho. Había leído que a menudo hay algo en lo femenino que dice que nunca nos sentimos lo suficientemente preparadas, y en ese momento me hizo mucho sentido”. Como anécdota cuenta que se decidió una vez que frente a su demora le dijeron que iban a contratar a otra persona, un hombre, menos preparado, para ese puesto.
“Creo que por ser mujer muchas veces te exigen mayores pruebas de tu capacidad. Cuando entré a IST era una organización bien masculina y en un momento fui la primera gerente de línea, pero más que estar en la pelea contra eso, me fui posicionando de a poco en temas que me parecían relevantes”. La ejecutiva se movió en un espacio intermedio, equidistante de modelos de tensión y contención de liderazgo, buscando más integración que oposición. Cuenta que una de sus primeras acciones relevantes liderando el área de innovación fue organizar un seminario para mujeres del IST. Relata que la sorprendió darse cuenta que “esa especie de timidez y miedo” que reconocía en si misma no era algo exclusivo de ella. “Pero era algo lógico, frente a un mundo construido desde lo masculino, sobre todo el mundo del trabajo”, puntualiza la ejecutiva.
A parte de su desarrollo en habilidades directivas, ha tenido un proceso formativo intenso en coaching, iniciando el camino en Newfield Network (Julio Olalla) en el programa ACP y luego profundizando conocimientos en Newfield Consulting (Rafael Echeverría) a través del programa de coaching avanzado. Otra experiencia importante fue la que trabajó con Verónica Guzmán, mindfulness y meditación han tenido para ella un gran poder transformacional. Además, realizó un magister en comunicación en la UDP y un MBA en la UAI. Su apuesta como líder de innovación en el IST no sólo es aumentar la afiliación de adherentes, sino sobre todo integrar aspectos técnicos y relacionales de las organizaciones con quienes trabaja, convirtiendo ese proceso dialéctico en su apuesta de valor más atractiva y en su sello de gestión. Pero su mirada considera central el aprendizaje y la construcción de conocimiento a nivel organizacional, por lo que su quehacer está comprometido con ese proyecto. Esta es una de las razones por la que este año el Consejo Nacional de Seguridad de Chile le otorgó la distinción nacional: “Ciencias del comportamiento humano aplicadas a la prevención”, por su aporte al cuidado de la vida en las organizaciones, reconocimiento que se entrega por primera vez en Chile.
PREGUNTAS CON SENTIDO
El camino seguido por Tania Labbé es interesante. Recurre a teorías de management pero privilegia aquellas que rebasan los aspectos técnicos de la disciplina. Aprovecha recursos locales y ha logrado establecer espacios de trabajo con pensadores chilenos como Rafael Echeverría (coaching), Rolando Toro (biodanza) o el destacado biólogo Humberto Maturana. Parece que Tania siente que al contar con la presencia de un pensador es posible abrir un espacio de conversación y por eso no escatima esfuerzos en crear instancias donde exista ese intercambio. No es difícil apreciar la búsqueda de un camino de humanización del management ya que los aportes de estos pensadores apuntan a responder las preguntas por el sentido de la vida y el trabajo; por la naturaleza humana; por la experiencia profunda de la convivencia y la ética; por el aprendizaje como espacio transformador; por la relevancia del lenguaje, el cuerpo; preguntas por la comprensión de las emociones y de la biología humana.
Tania nos habla sin que le preguntemos sobre el valor de la autenticidad. “En la medida en que estamos presentes aparece la autenticidad” y su alusión tiene que ver con una crítica a la hegemonía de la aceleración que se practica “en todo momento y oportunidad”. Reconoce que la aceleración nos otorga resultados en lo que se busca, “se gana en eficiencia”, pero cree oportuno destacar que hay costos. “Si estás arriba de la pelota todo el tiempo, dejas de poner tu presencia en lo que haces, por lo tanto tu hacer te resulta ajeno”. Esta reflexión ayuda a entender su forma de comprender lo que hace. “Lo que más me gusta de mi trabajo es cuando estamos creando ideas en equipo”, esta frase sintetiza muy bien un aspecto de su esencia y en particular, de su forma de observar el trabajo. No están en duda sus habilidades directivas, pero su énfasis como líder está puesto en otros aspectos. Lidera, pero tiene plena conciencia de la necesidad que tiene de su equipo, motiva y con eso logra el apoyo que necesita. El día de la entrevista la acompañó parte de su equipo y ella en varias ocasiones los hizo participes a través de gestos sutiles. En la entrevista Tania nos habló de su timidez y de su entusiasmo, que aprende constantemente cuando mira a sus hijos Martin y Sebastián, con la guitarra, la batería y sus asombros cotidianos, que le permiten conectarse con la alegría de la vida. Al final un aprendizaje para el periodismo: una entrevista para fluir debe ser antes conversación.
Publicado en RHM 92.
