A pesar que la última encuesta Casen determinó una disminución de la pobreza, un documento del Programa De Las Naciones Unidas para el Desarrollo advirtió que “la disminución en pobreza entre 2017 y 2020 no significa necesariamente que se haya mejorado el bienestar general de la población en términos absolutos”.
A pesar de haber enfrentado los efectos del estallido social, la pandemia y una elevada inflación, Chile implementó una serie de medidas fiscales que permitieron mitigar los efectos negativos de estas crisis en el bienestar de las personas.
En 2021 la economía tuvo una importante recuperación, lo que impulsó una significativa creación de empleos. Sin embargo, el mercado laboral ha presentado rezagos respecto de la actividad económica.
En este contexto, la tasa de pobreza por ingresos en Chile cayó a 6.5% en 2022, lo que corresponde a 4.2 puntos porcentuales menos que en 2020 e incluso 2 puntos porcentuales menos que en 2017.
Tres factores explican la reducción de la pobreza que el país experimentó entre 2017 y 2022: un incremento en los subsidios monetarios gubernamentales, un aumento en el ingreso por concepto de alquiler imputado y una disminución en el tamaño promedio de los hogares.
La evolución negativa que tuvieron los ingresos del trabajo y otros ingresos autónomos entre 2017 y 2022, frenó lo que pudo haber sido una disminución aún mayor.
La disminución en pobreza entre 2017 y 2020 no significa necesariamente que se haya mejorado el bienestar general de la población en términos absolutos. Los factores que se encuentran detrás de la caída en pobreza no garantizan una mayor seguridad económica en los hogares.
En 2022 destaca la situación de grupos de población que están sobre representados entre aquellos en condición de pobreza y que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, como las personas que residen en hogares con una mujer a cargo, los niños, niñas y adolescentes (NNA), y los migrantes.
El porcentaje de personas que residen en hogares donde la mujer es la jefa del hogar creció un 31% entre 2017 y 2022, pasando de 37% a 49%. Pero también aumentaron su peso en la población en situación de pobreza, que pasó de 47% en 2017 a 60% en 2022. Este grupo enfrenta una tasa de pobreza más alta que el promedio de la población, tanto en términos de ingresos como de pobreza multidimensional.
Los niños, niñas y adolescentes representan otro grupo que está desproporcionadamente afectado por la pobreza. Este grupo representa el 22.4% de la población del país, pero constituye el 36% de la población pobre. Nuestras estimaciones también muestran que, por cada niño, niña y adolescente en condición de pobreza, hay 2.6% que viven en hogares vulnerables, es decir, con una alta probabilidad de caer en pobreza. Asimismo, hay otro antecedente a tener en consideración: en 2022 uno de cada cuatro niños y niñas reside en un hogar sin ocupados o donde el trabajo es informal.
Estos hallazgos ponen de manifiesto la necesidad de adaptar las políticas públicas a la realidad demográfica y socioeconómica de Chile. En este sentido, se requiere mejorar la estructura del sistema de protección social y hacerlo más inclusivo y orientado hacia los grupos más vulnerables.
*Imagen de Freepik