Bruce Lipton: “las empresas conscientes plantean que si tú no estás saludable como empleado entonces yo no lo estoy haciendo bien como empresa”.
El biólogo norteamericano y autor de “La biología de la creencia” (actualmente también es profesor visitante en el New Zealand College of Chiropractic), Bruce Lipton, invita a entender las empresas como un organismo viviente: “Las empresas conscientes plantean que si tú no estás saludable como empleado entonces yo no lo estoy haciendo bien como empresa”.
Desde el momento en que vio por primera vez una célula en el microscopio de su colegio, Bruce Lipton supo que quería ser biólogo. Tras enseñar por varios años en la Universidad de Wisconsin se convirtió en un pionero de la biología celular en la Escuela de Medicina de la Universidad de Standford, donde analizó minuciosamente los mecanismos mediante los cuales las células reciben y procesan información. Los resultados de sus estudios demuestran que ni los genes ni el ADN controlan nuestra biología, sino que son los mensajes externos los que dan forma y sentido a la célula, lo que dio lugar a la creación de una nueva ciencia, la epigenética, cuyo nombre significa “más allá de la genética”.
Esta comprensión, plasmada en el libro más famoso de Lipton, “La biología de la creencia”, abrió nuevos paradigmas que dejaron atrás el determinismo con que se pensaba que funcionaba nuestro cuerpo. Lipton nos dice que es el ambiente el que determina nuestra biología y que nuestras células reciben información del ambiente a través de los químicos que produce nuestro cuerpo, los que a su vez se generan no directamente desde el entorno sino por la interpretación que hacemos del entorno, es decir, a través de nuestras creencias. O sea que si cambiamos nuestra forma de pensar, cambiamos nuestra biología, pero el desafío está en que nuestro comportamiento está regido en un 95% por nuestra mente subconsciente, que fue programada durante nuestros primeros siete años de vida. Para cambiarla, dice Lipton, hay que usar ese 5% de nuestra mente que es nuestra consciencia.
Dice Lipton en su libro: “Cada célula es inteligente y puede sobrevivir fuera de tu cuerpo viviendo y creciendo en un tejido de una placa de cultivo. Sin embargo, dentro del cuerpo, cada célula se vuelve una parte integral de una comunidad, trabajando con las otras células que comparten la visión común de la comunidad. El sistema nervioso actúa como un gobierno que controla y coordina las funciones de las células del cuerpo. Cuando la mente es un “buen” gobierno, la comunidad celular está en armonía y se expresa de forma saludable. Si la mente está confundida, molesta, con miedo o perturbada, puede destruir la armonía de la comunidad celular y llevarla a la enfermedad o la muerte”.
Como es arriba es abajo
Lipton viaja por el mundo dando conferencias sobre diferentes temas relacionados con este paradigma, desde cómo cambiar nuestras creencias hasta la paternidad y maternidad consciente, pasando incluso por el funcionamiento de nuestra biología en las relaciones de pareja, tema que trata en su más reciente libro, “El efecto luna de miel”. Según contó en una conversación con RH Management, le toca hablar bastante en empresas y organizaciones, a quienes les entrega conceptos de funcionamiento basados en la biología.
“Es un entendimiento muy simple”, dice Lipton. “Hablamos de la palabra fractal, que es una estructura geométrica de la naturaleza. Inherente en esa estructura, que es parte de la ciencia, el mapa de como es arriba es abajo es una verdad científica para la geometría sagrada. Si estudio una célula, estoy de hecho estudiando un humano, porque todas las funciones del humano vienen de la célula. Si quieres entender a la humanidad, mira al humano y aplícalo a mil millones de humanos”, asegura el científico. Para él, esta es una realidad científica: “Si comprendes un sistema en su nivel más bajo, te va a entregar la información básica de cualquier sistema en su nivel más elevado. El cuerpo humano son 50 trillones de células en una comunidad, todas trabajan juntas, comparten, tienen una economía, hay dinero en el sentido de moléculas de energía llamadas ATP (adenosin trifosfato), puedes ver a quién se la paga y cuánto, puedes seguir el dinero y ver cómo funciona”, explica el biólogo.
Una empresa, dice Lipton, “es una organización viviente, una comunidad de cosas vivas trabajando como una unidad y por lo tanto, los principios de una empresa son los mismos principios de un cuerpo. La empresa tiene que aprender a generar energía, eso es lo que hace la biología, a manejar sus desperdicios. Si miras el cuerpo humano, puedes ver qué trabajos que se hacen aquí tienen que ser hechos por alguien en una empresa. Y de repente hay una comprensión de seguir ciertos principios básicos porque así ha funcionado la vida por millones de años, ¡millones de años! Y las primeras empresas fueron células”.
Lipton toma el ejemplo de una ameba, que puede hacer de todo sola, pero si se une a una comunidad se puede convertir en una célula del corazón, por ejemplo, y va a latir, pero alguien le tiene que llevar comida y así se comienza a ver la administración del sistema. Los humanos, según el biólogo, comenzaron así: “Cuando eran recolectores cazadores, todos podían hacer lo mismo, iban todos a cazar. Pero cuando los números se incrementaron, no podías tener a todos haciendo lo mismo, entonces ahora empiezas a intercambiar, y en las empresas hay un proceso de intercambio donde los individuos toman un rol específico pero dependen de otros individuos en el grupo para cubrir lo que ellos necesitan mientras hacen esa labor especial”. El biólogo asegura que una empresa que deja un espacio vacío está condenada porque si alguien no está haciéndose cargo de algo ese va a ser el punto débil de todo el sistema.
Lipton dice que hay empresas que funcionan bajo estos principios: “Casi todas las empresas conscientes, donde las personas se cuidan entre sí, están usando esta mirada, no son sólo un empleado que toma su dinero y se va a su casa. Las empresas conscientes plantean que si tú no estás saludable como empleado entonces yo no lo estoy haciendo bien como empresa, y de repente los líderes de la empresa se interesan en la salud de los individuos, como el sistema inmune que se asegura de que el organismo no sea contaminado porque si se contamina el sistema se va a desordenar. Las empresas conscientes están más despiertas porque se están considerando como una familia y si ignoras eso es como no prestar atención a las células de tu cuerpo y tienes un verdadero problema”, finaliza.
Este reportaje fue publicado en RHM 99, julio de 2016.