El mantra del crecimiento nos obliga a producir mucho, sin importar que quede atrás. Y al parecer nuestra sociedad no está disponible a escuchar y conversar sobre otras formas de desarrollo. Nos dicen que si subimos el salario mínimo la economía sufrirá y las más perjudicadas serán las Pymes. No obstante, los ejemplos internacionales abundan y dicen lo contrario. Pero no hay tiempo para reflexionar con altura de miras.
Hay innumerable evidencia que muestra que un salario justo producto de una repartición equilibrada de las utilidades es bueno para la empresa, y por cierto para los trabajadores y el planeta.
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Sin embargo, existe un estándar que nos colocan los organismos que velan por el bien común de todos. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) aborda la cuestión de la justicia salarial y la equidad en el ámbito laboral. Este organismo promueve el principio de igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor, independientemente del género, y busca garantizar que los trabajadores reciban una compensación justa y equitativa por su trabajo.
En este sentido, ha desarrollado varias normas y recomendaciones relacionadas con la justicia salarial y la igualdad de remuneración. El Convenio Nro. º 100 de la OIT sobre la igualdad de remuneración, adoptado en 1951, establece el principio de igualdad de remuneración entre hombres y mujeres por un trabajo de igual valor. Además, ha emitido recomendaciones y directrices adicionales para promover la igualdad de remuneración y abordar las disparidades salariales.
También ha realizado investigaciones y estudios sobre la justicia salarial y la equidad en el empleo, analizando las disparidades salariales basadas en género, raza, origen étnico y otras características. La organización ha abogado por políticas y prácticas que promuevan la transparencia salarial, la eliminación de la discriminación salarial y la promoción de un entorno laboral justo y equitativo.
¿Cuáles son los sustentos teóricos que hablan de la relevancia de los salarios justos y éticos?
Las ideas presentadas en relación al impacto del salario en la seguridad psicológica de los trabajadores son el resultado de diversas investigaciones y enfoques teóricos en el campo de la psicología y la gestión de recursos humanos. Sin embargo, destacan los siguientes:
Teoría de la equidad de Adams: Propuesta por John Stacy Adams, doctor en psicología social de la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos. Esta teoría sugiere que la percepción de justicia y equidad en las recompensas, incluyendo el salario, es fundamental para la satisfacción laboral y la seguridad psicológica de los trabajadores.
Teoría de las necesidades de Maslow: Desarrollada por Abraham Maslow, doctor en psicología de la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos. Esta teoría plantea que el salario y la satisfacción de las necesidades básicas, como la seguridad financiera, son requisitos fundamentales para el bienestar psicológico y la motivación de los individuos.
Teoría del refuerzo: Esta teoría, asociada con B.F. Skinner, doctor en psicología de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y otros investigadores, sostienen que el salario puede funcionar como un refuerzo positivo, aumentando la motivación y la seguridad psicológica de los trabajadores cuando se asocia con un desempeño satisfactorio.
Estas son solo algunas de las perspectivas teóricas que se han utilizado para comprender el impacto del salario en la seguridad psicológica de los trabajadores. Es importante tener en cuenta que existen otras teorías y enfoques que también pueden proporcionar una comprensión más completa de este tema (ver Vol. 6).
En una sociedad obsesionada por el consumo y la productividad, el salario juega un papel crucial en la seguridad psicológica de los trabajadores. Sin embargo, en Chile existe una brecha entre la fijación del salario según las reglas del mercado y los estándares éticos necesarios para garantizar la seguridad psicológica. A nivel internacional, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) promueve la igualdad de remuneración y aboga por la eliminación de las disparidades salariales. Teorías como la de la equidad de Adams, las necesidades de Maslow y la del refuerzo respaldan la importancia de los salarios justos y éticos en el bienestar emocional y la motivación de los trabajadores. Es necesario abrir un diálogo sobre la relación entre productividad y justicia salarial en nuestra sociedad.
