Para la doctora en psicología e investigadora adjunta de la UDP, la pandemia trajo algo positivo: poner en el tapete la salud mental y su relación con el trabajo.
“La gente se cuestionó sus vidas, cambio de rumbo, se fue a vivir a otra ciudad, se arregló (reconcilió) con familiares, se peleó con familiares (como ocurrió con el plebiscito de nueva Constitución”, señaló Garcés.
Agregó antes de la pandemia, las mujeres trabajadoras tenían que esconder su trabajo doméstico y a sus hijos, pero con la crisis sanitaria “hay un tema relacionado con la flexibilidad laboral que es clave. (…) Tal vez estoy optimista porque creo que había una aceleración de ciertos cambios que eran necesarios. La incorporación de ciertas tecnologías que hacen más fácil también la pega, la intensifican por un lado muchas veces, pero también la facilitan”.
Garcés sostuvo que otro fenómeno que se ha producido es que estamos “reconociendo la importancia que tiene el trabajo como un espacio personal. La importancia que tiene ese rol del otro en el trabajo para mi labor, el que hoy tenemos muchas más reuniones por zoom, porque antes hay problemas que lo solucionamos, simplemente mirando al otro, entraba a un cliente, nos mirábamos y ya sabíamos que teníamos que hacer”.