Al hablar de los costos que tendría el estrés para las empresas, Jeffrey Pfeffer, académico de la Universidad de Stanford, nos lanza una contundente respuesta, que además sería muy útil para nuestro ministro de Hacienda y los presidentes de la Sofofa y CPC: «La evidencia sugiere que viene acompañado de tremendos costos. Trabajadores poco saludables y personas bajo estrés son más proclives a rotar. Se ha descubierto que el estrés en el lugar de trabajo es responsable de cerca del 60% de días de ausentismo laboral. El presentismo laboral, que significa estar en el trabajo pero no poder concentrarse, es un costo tremendo. Los datos advierten que los costos indirectos de trabajadores poco sanos es 5 veces mayor que los costos directos que representan sus enfermedades».
Pfeffer en su más reciente libro, «Muriendo por un salario» (Dying for a paycheck), plantea que los costos por estrés en Estados Unidos ascienden a los 300.000 millones de dólares al año. ¿Cuánto sería el costo para Chile? ¿Sería mayor o menor al hipotético costo que sugiere la Dipres (Dirección de presupuesto) por la reducción de jornada laboral a 40 horas? ¿Por qué no se consideran estas cifras en los análisis?