Criteria publicó su encuesta mensual sobre percepciones de la ciudadanía. De nuevo la violencia y la seguridad salieron en los titulares principales. Sin embargo, desde RHM nos llamó la atención la baja valoración y prioridad que tienen temas que resuelven, en el mediano y largo plazo, la violencia estructural y desatada.
Paradójicamente, los menos prioritarios son la desigualdad de ingresos y oportunidades (9%), la nueva constitución (9%), la sequía y escasez de agua (8%), la protección de los derechos de los trabajadores (7%), la contaminación (6%), la descentralización (4%), la igualdad de género (3%) y mejorar el transporte público (2%). Todos centrales para resolver la injusticia social que expresan las voces expertas.
Si nos detenemos un rato a analizarlos vemos que la desigualdad de ingresos y oportunidades, además de la protección de derechos de los trabajadores, por ejemplo, son claves para garantizar la paz social. Al igual que la educación (17%), salud (23%) y la mejora en los sueldos (22%).
Al parecer, como sociedad hemos perdido la brújula y cedido a una agenda política (y mediática) que oculta, detrás de la inseguridad real, otros intereses. Quisimos reflexionar con el fundador de Criteria, Cristián Valdivieso, respecto a estas percepciones, y en particular al rol del mundo del trabajo.
Según Valdivieso, los ciudadanos, sobre todo de sectores medios y bajos, experimentan, un país más violento de lo que era. Sostiene que acá los actos delictivos, como los robos, hurtos, son solo una parte más del clima de violencia. Por lo tanto, argumenta que la delincuencia quedó acotada y la violencia se transforma en el problema mayor, en donde todos se sienten víctimas potenciales.
En otras palabras, el fundador de Criteria destaca que las subjetividades de la población están condicionadas por el clima de violencia. Esta realidad hace entonces que las personas no vean el mediano y largo plazo, y menos entiendan (desde el racional), la relevancia de otros temas que sí aseguran paz social y sostenibilidad. Y quizá ahí recién, en ese espacio, Cristián cree que los medios son cómplices de dar cuenta de una sola cara de la moneda, y no entregar otros caminos.
¿Y qué rol puede jugar el mundo del trabajo?
El analista dice que el mundo del trabajo tiene un rol clave. Afirma que ponen paños fríos a determinadas situaciones que se ven en la sociedad, y que parecen angustiantes.
“El desafío del liderazgo en las organizaciones es hacer que el espejo de lo que pasa en una sociedad con conflictos y lo que ocurre al interior de ellas, se alineen para que todos se sientan protagonistas en las soluciones y responsabilidades que el momento político – social del país, y organizacional, amerita”.
A las empresas les recomienda profundizar en la conversación, ver las distintas aristas de un problema y no plegarse a la nocividad del momento. “Tampoco negar, porque es una emocionalidad que tiene toda la legitimidad. La gente lo está experimentando”, enfatiza.
“Se puede caer en hacer eco de momentos, que producto de experiencias concretas, impactan la sociedad. Generalmente no profundizan una discusión que, por su naturaleza, es mucho más densa y profunda de lo que aparece en la emoción del minuto”.
Revisa el estudio, publicado el pasado jueves, de Criteria