Por Rodrigo Rojas Foncillas, socio de Beside Consultores, autor del libro “Felicidad organizacional. Cuando el camino son las personas”.
Este número de reflexiones pretende apoyar en el ejercicio del rol de liderazgo a quienes tienen responsabilidades de dirigir y coordinar equipos para el logro de los objetivos y las iniciativas del área. Por esto, los queremos invitar a seguir este set que puede ayudarlo a repensar en el ejercicio de su rol: el qué y cómo lo están haciendo. Esto es clave para el trabajo, precisamente, de liderar equipos.
Son preguntas que habitualmente no nos hacemos. Es sorprendente ver -en mi rol de consultor y coach ejecutivo- a los líderes de organizaciones sin tiempo (y a veces sin ganas) para “parar y mirarse” y revisar y evaluar cómo lo están haciendo: cómo están haciendo sus labores de gestión e “inspiración”. de los demás. Están en el hacer, dejando de lado su ser, que es clave en este hacer.
Este espacio puede ayudarnos a salir -de vez en cuando- de esta condición y sobre todo, hacernos las preguntas que no nos hacemos y que muchos de los que trabajan con nosotros, tampoco nos hacen. (o no se atreven o nos ven tan “metidos” en el hacer que no nos quieren molestar). Las preguntas que no nos gusta hacernos y que nos puede ayudar a ser mejores líderes irán en este espacio. Si las respondemos con sinceridad nos pueden acercar a una mejor versión de nosotros mismos en beneficio también de las demás personas. Son preguntas desde la experiencia de haber estado en esa silla: en las exigencias del hacer y lograr los objetivos y desde la experiencia de acompañar a lideres en su proceso de ser mejores personas para liderar mejor.
El liderazgo efectivo es el que se centra en las fortalezas de las demás personas y las gestiona en beneficio del propósito de la organización. Es el que coordina de buena forma el “camarín” que le toca dirigir y gestionar. Es el coach de otros, que potencia el desempeño sobre la base de la generación de excepcionales ambientes laborales (no le asuste hablar de excepcionales) y de con ello, facilitar los procesos para que “su gente” haga lo mejor posible lo que tiene que hacer. Es el que busca lo mejor de las demás personas partiendo desde su mejor versión, personal. Este hacer se soporta en el ser. Si somos capaces de reconocer a los demás como legítimas personas, podemos conectar y vibrar juntos con los
Las dejo presentadas para quienes dirigen y coordinan acciones para generar resultados de sus equipos.
- ¿Ud. conoce los nombres de las personas de sus equipos?
- ¿Ud. conoce algunos detalles de quiénes son la familia de su equipo? (si es casado, emparejado, con hijos, padres, por ejemplo)
- ¿Cuántas veces Ud. saluda por su nombre a las personas de su equipo?
- ¿Cuándo les pregunta “cómo están” a las personas de su equipo? (pregunta para saber de ellos y no como preámbulo para pedirles algo)
- Si tuviera que regalarle algo en el día de cumpleaños a las personas de su equipo, ¿sabría que regalarles y qué porcentaje de éxito cree que tendrían sus regalos? (¿les gustarían sus regalos?)
- Cuando tiene conversaciones con sus equipos, reconoce si las personas son más bien ¿emocionales, racionales, reflexivas o intuitivas? (esta es una distinción que nos permite la neurociencia, y que podemos aplicar). O más simple, ¿sabe cómo hablarles y cómo llegará a su corazón y su razón?
- Cuando Ud. está con problemas o situaciones complejas en el día a día, ¿pide ayuda?, ¿a quién? Y ¿cómo?
- Y la última al menos, por este rato, es ¿Ud. quiere a las personas con las que trabaja
- ¿Y qué le gustaría que su equipo diga de Ud. cuando ya no esté con ellos? (Pregunta que nunca nos hacemos porque pensamos que siempre ellos se irán antes)