La disputa por la productividad se empieza a dar cuando comienzan a colisionar los conceptos que ven a las y los trabajadores como “mano de obra” y “recurso”, versus los que plantean a las personas en el centro de la ecuación por mejorar la productividad.
En este sentido, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tiene un enfoque más integral y equilibrado en materia de trabajo y productividad. Este organismo internacional promueve el trabajo decente como un objetivo fundamental, que abarca no solo la generación de empleo, sino también la protección de los derechos laborales, la promoción de la justicia social y el fomento del diálogo entre los actores clave, como los gobiernos, los empleadores y los trabajadores.
En relación con la productividad, la OIT reconoce la importancia de una productividad sostenible y equitativa que beneficie tanto a las empresas como a los trabajadores. La organización promueve un enfoque de productividad basado en el desarrollo de capacidades, la mejora de las condiciones de trabajo, la participación de los trabajadores en la toma de decisiones y el equilibrio entre los resultados económicos y sociales.
La OIT también trabaja para abordar las desigualdades y los desafíos laborales emergentes, como la automatización, la digitalización y la transición hacia una economía verde. A través de la promoción de estándares laborales internacionales, la asistencia técnica y el diálogo social, la OIT busca garantizar que la productividad y el trabajo decente vayan de la mano, y que los beneficios económicos se distribuyan de manera justa y equitativa.
Una de las dimensiones centrales en esta disputa son los salarios. El management tradicional sugiere que la productividad se logra con empleados formados. Y a mayor educación mejores salarios. No obstante, ese mantra en la práctica no impacta tampoco en la productividad siempre. Es decir, hay empresas con colaboradores altamente capacitados y sin embargo la productividad es baja. ¿Por qué sucede esto? Es parte de la disputa.
La evidencia muestra que los salarios son sin duda un aspecto importante de la satisfacción laboral y la productividad. Un salario justo y competitivo puede atraer y retener a trabajadores cualificados y motivados.
Aquí hay algunas consideraciones sobre los salarios para mejorar la productividad desde esta variable:
Competitividad: Los salarios deben ser competitivos en comparación con otras empresas en la misma industria y región. Los trabajadores a menudo comparan sus salarios con los de otras empresas, y si sienten que están siendo mal pagados, esto puede disminuir la moral y la productividad.
Equidad: Los salarios deben ser justos y reflejar el nivel de habilidad y responsabilidad de un puesto. También debe haber equidad salarial entre los trabajadores que realizan el mismo trabajo. La percepción de inequidad salarial puede llevar a la insatisfacción y la disminución de la productividad.
Incentivos y bonificaciones: Además del salario base, muchos empleadores ofrecen incentivos y bonificaciones para motivar a los trabajadores. Esto puede incluir bonos de rendimiento, participación en los beneficios, opciones sobre acciones y otros incentivos financieros.
Aumentos y promociones: Los trabajadores deben tener la oportunidad de ganar aumentos de salario y ascensos a través del buen rendimiento y el desarrollo de habilidades. Los aumentos de salario regulares que siguen el ritmo de la inflación y las promociones basadas en el mérito pueden aumentar la motivación y la productividad.
Beneficios: Además del salario, muchos trabajadores valoran los beneficios como el seguro de salud, las contribuciones a la jubilación, la ayuda con la educación, la flexibilidad en el trabajo, el tiempo libre y otros beneficios. Los beneficios pueden ser una parte importante del paquete de compensación total y pueden aumentar la satisfacción y la productividad de los trabajadores.
Sin embargo, es importante recordar que el salario por sí solo no garantiza la satisfacción en el trabajo o la productividad. Un buen salario puede atraer y retener a los trabajadores, pero otros factores como un buen ambiente de trabajo, la posibilidad de desarrollo profesional, el reconocimiento y la satisfacción en el trabajo también son muy importantes.
La disputa por la productividad implica un debate entre concepciones tradicionales que consideran a los trabajadores como “mano de obra” y un enfoque más centrado en las personas. La OIT aboga por un enfoque integral que promueve el trabajo decente, los derechos laborales y el equilibrio entre los resultados económicos y sociales. Dentro de esta disputa, los salarios desempeñan un papel crucial. Si bien son importantes para la satisfacción laboral y la productividad, la equidad salarial, los incentivos, los aumentos, las promociones y los beneficios también son factores clave. Recuerda que un salario justo es fundamental, pero no es el único aspecto para lograr la satisfacción y la productividad en el trabajo.