Hace unos días, las páginas económicas de las noticias publicaron una foto poco común: la de pueblos originarios de nuestro territorio en reunión de negocios con empresas de la Cámara de Comercio Estadounidense, Amcham.
La reunión, a la que asistieron autoridades como la ministra de Ciencia y Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aisen Etcheverry, y el senador Francisco Huenchumilla, concitó el interés del mundo público y privado por cuanto representa un salto en la mirada sobre el potencial de desarrollo de nuestros pueblos originarios.
La clave es el énfasis en el desarrollo de un nuevo nivel de comunidades con las capacidades para asociarse con otros actores para configurar acuerdos empresariales que beneficien a ambos, desde una perspectiva tanto profesional como comercial.
La directora ejecutiva de la Fundación Empresas Indígenas, Carolina Nahuelhual, comentó que esta reunión no es la primera que se desarrolla con empresas estadounidenses, ya que se había realizado un acercamiento en el territorio, donde los interesados estuvieron conociendo lugares con potencial y compartiendo en rucas, hacia mediados de este año.
La fundación es relativamente nueva, unos tres años desde su creación, pero su directorio está conformado por profesionales de trayectoria que vienen del mundo empresarial, de pueblos originarios y no indígenas. “Somos un directorio diverso que vemos en este trabajo una forma de generar capital y competencias en las comunidades que puedan ayudar a resolver las brechas y los conflictos con los pueblos indígenas”, explica Nahuelhual.
Sostuvo que en Chile los pueblos originarios tienen distinto nivel de acercamiento con el mundo empresarial, siendo los del norte los más avanzados -debido a la convivencia con proyectos mineros-, pero que al sur el panorama es diferente, porque existe más desconfianza de parte de las comunidades.
“El cambio de perspectiva puede llegar a configurar empresas indígenas que pueden aportar al PIB como ya resulta en otros países, donde el Estado se ha preocupado de capacitar a las comunidades para que se puedan integrar como proveedores o socios los proyectos, pero nosotros estamos años luz de eso”, dijo Nahuelhual. Precisó que es imprescindible la colaboración del Estado en la articulación de las relaciones entre las comunidades y las empresas interesadas en invertir o desarrollar proyectos, porque hoy existen acuerdos empresariales, pero no son del impacto productivo o comercial que podrían alcanzar.
“La participación del Estado es muy importante en esta mirada de generación de negocio, porque, por ejemplo, los territorios indígenas no pueden hipotecarse y sus dueños no pueden acceder a capitales por esa vía, como sí pueden utilizar otros empresarios en Chile. Pero si un inversionista tiene el capital, entonces la comunidad podría participar de una oportunidad de negocio en otras condiciones, ya no se trata de una empresa extranjera que simplemente llega a instalarse en el territorio. El Estado debe promover dentro de las comunidades que esto es posible y generar el acercamiento de empresas inversionistas en estas condiciones”, expresó la dirigente.
En este sentido, la reunión con Amcham también tuvo el objetivo de generar un acercamiento como equipo técnico para poder entregar lineamientos respecto los pueblos indígenas y cómo integrar la experiencia internacional. La idea es configurar una hoja de ruta, una agenda capaz de construir el camino paso a paso, para llegar a materializar una nueva realidad.