Felicidad: problemas y paradojas
Por Edgar Cabanas, postdoctoral Fellow UAM, Madrid Institute for advanced study
La “industria de la felicidad”, en proceso de auge y expansión desde principios de siglo, ha producido una noción de felicidad hecha a su medida: un producto asequible y polifacético (que tanto vale para ser más productivo en el trabajo, como para prevenir enfermedades cardiovasculares) fácil de aplicar, fácil de comunicar y, según promete, fácil de conseguir.
Al fin y al cabo, como nadie sabe muy bien qué es la felicidad, el mercado se ha ocupado de darnos la definición que más le convenía. Se ha procurado, además, una coartada científica, prometiendo que detrás de la amplia variedad de mercancías para que seamos más felices (lo mismo un libro de autoayuda que un coach virtual implementado en una aplicación para teléfonos móviles) hay una sólida base científica que los respalda.
Y es que, según nos recuerdan, tan al alcance de la mano está la felicidad para cualquier mortal, sin importar cuál sea su condición, que pareciera que quien no es feliz es, simple y llanamente, porque no quiere.
Sin embargo, nada de esto, por suerte o por desgracia, es lo que parece. Como mostramos en “Happycracia”, el problema es que ni la felicidad es tan sencilla de conseguir, ni tiene el respaldo científico que dice tener, ni su aparentemente liberador y bienintencionado mensaje está exento de profundas contradicciones, efectos indeseables, dilemas morales y fuertes connotaciones ideológicas.
Más que la ciencia, lo que hay detrás de la felicidad es un discurso que culpabiliza y responsabiliza a los individuos de su propio malestar; que los ata a un discurso incesante y continuado de productos emocionales que cada cual dice ser mejor y más eficaz que el anterior; que promete soluciones simples e individuales a los problemas más bien complejos y estructurales; y que, en definitiva, genera clientes dependientes y convencidos de que las soluciones a nuestros problemas no son políticas, sociales y económicas, sino psicológicas, por lo que debemos ser resilientes, optimistas y buscar las respuestas en nuestro interior. La mala noticia es que allí no están.
La buena: que cuando por fin entendemos que el interior es más bien un reflejo de nuestras vidas, de nuestra cultura y de nuestras condiciones sociales, y no al revés, veremos con mayor claridad que lo que nos ofrecen los mercaderes de la felicidad como solución a nuestro malestar es poco más que “paracetamol y agua” envuelto, eso sí, en una bonita y llamativa caja de cartón.
“El artículo “Felicidad: problemas y paradojas” de Edgar Cabanas forma parte del monográfico “Libros para pensar” publicado en el periódico leridano La Mañana el domingo 19 de febrero de 2023 dedicado al libro Happycracia. Como la ciencia y la industria de la felicidad controlan nuestras vidas, del que son autores Edgar Cabanas y Eva Illouz. El monográfico es elaborado por el Grupo de Reflexión Sobre Sociología Contemporánea (Universidad de Lleida).”
Fotografía de portada: Elmundo.es