Gallup publica su Estado del lugar de trabajo global: 2022 . Analizamos el estudio con las y los expertos, Marcela Mandiola, Ph.D en management; Dasten Julián, doctor en sociología e investigador en la Universidad Austral de Valdivia y Juan Francisco Luna, académico en la U. de Chile y PUC. Acá lo que nos muestra la investigación, y por cierto, lo que no. ¡Pronto!, las visiones de las y los gerentes RH.
Este estudio global sobre el trabajo es de una envergadura gigante. Se aplicó en todos los continentes. En América Latina están incluidos Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Perú, México, por mencionar algunos. La empresa Gallup dice que aplicó su investigación en “112 mil unidades de trabajo” y en 96 países. El nivel de información es muy variado y detallado. No obstante, como cualquier estudio, tiene sus luces y sombras. En RH Management le preguntamos su opinión a expertos y gerentes RH. Acá comenzamos con los académicos que nos dan su mirada.
Antes, algunos datos a considerar. Gallup dice que los “signos vitales globales” de los empleados en compromiso y bienestar permanecerán estables pero no excelentes. El estudio muestra que el 21% de los empleados están comprometidos en el trabajo y que sólo un 33% de los empleados están prosperando en su bienestar general.
Agrega que el estrés entre los trabajadores del mundo alcanzado un máximo histórico, nuevamente. El 44% de los empleados experimentó mucho estrés el día anterior.
Por ejemplo, en Europa y el sur de Asia se vieron particularmente afectados en 2021 por las olas de Covid-19. El 11% de los empleados en el sur de Asia están prosperando, es el bienestar regional más bajo del mundo.
Según el Estudio Gallup, el mercado laboral se recuperó considerablemente en la región de EE. UU. y Canadá, pero no en otros lugares. El 45% de los empleados dijo que ahora es un buen momento para encontrar trabajo. A pesar de todos sus desafíos, la región de EE. UU. y Canadá sigue siendo la mejor región del mundo para ser trabajador. En esta parte del globo el compromiso de los empleados es el número uno y el bienestar está en el segundo lugar.
Sin embargo, la calidad de vida en general muestra un deterioro significativo en el resto del planeta. Por ello, “el bienestar de los empleados es el nuevo imperativo en el lugar de trabajo”. A nivel mundial, asegura, que el compromiso y el bienestar de los empleados siguen siendo muy bajos y están frenando un enorme potencial de crecimiento.
Para el gigante de las encuestas, “el compromiso y el bienestar interactúan entre sí de manera poderosa”. Afirma que “a menudo pensamos en el compromiso como algo que sucede en el trabajo y el bienestar como algo que ocurre fuera”, pero el análisis de Gallup sugiere que se trata de una dicotomía falsa.
Sostiene que la forma en que las personas experimentan el trabajo influye en sus vidas fuera. Y recalca, “los colaboradores que constantemente experimentan altos niveles de agotamiento en el trabajo dicen que su labor les dificulta cumplir con sus responsabilidades familiares”. También, sugiere Gallup, “tienen un 23% más de probabilidades de visitar la sala de emergencias”.
Y acá algo que en RH lo sabemos pero a veces no lo bajamos ni aplicamos. “El bienestar general influye en la vida laboral. Los empleados que están comprometidos en el trabajo pero que no prosperan tienen un 61 % más de probabilidad de agotamiento continuo que aquellos que están comprometidos y prosperan”, afirma.
Gallup enfatiza que cuando analiza los datos del lugar de trabajo global a través del compromiso y la prosperidad combinados, los resultados son sorprendentes (Ver Recuadro).
Recuadro compromiso y prosperidad combinados
Estrés
49% no prosperó – no comprometido versus 30% próspero-comprometido
Enfadados
24% no prosperó y no comprometidos versus 11% próspero-comprometido
Problemas de salud
16% no prosperó – no comprometido versus 8% próspero-comprometido
¿Qué nos dice el cuadro? Señala que cuando los empleados están comprometidos y prosperan, experimentan significativamente menos estrés, enojo y problemas de salud. Sin embargo, a nivel mundial, solo el 9% de los empleados se encuentran en esa categoría próspera y comprometida, mientras que la mayoría (57%) de las y los trabajadores del mundo no están comprometidos y no prosperan.
Al respecto, el estudio lanza sus recomendaciones. “Las organizaciones deben pensar en la persona en su totalidad, no solo en el trabajador. Los líderes deben agregar medidas de bienestar a sus tableros ejecutivos. Esto puede alertarnos sobre señales de advertencia críticas que no aparecen en las hojas de cálculo tradicionales. También deben priorizar el bienestar de los empleados como parte de su promesa de marca como empleador. Cuando los líderes asumen la responsabilidad del bienestar de sus trabajadores, el resultado no son sólo organizaciones productivas, sino también personas, familias y comunidades prósperas”, concluye..
Mandiola: indicadores alarmantes y preocupantes
¿Y cuál es la interpretación de las y los expertos respecto al Estudio Gallup?
Lo primero que rescata Marcela Mandiola, Ph.D e investigadora en temas de trabajo y equidad de género, es su envergadura. “Es gigante, de proporciones épicas, hecho desde el hemisferio norte centro global, en donde existen los recursos y los contactos para poder implementar un estudio de este tamaño”.
Mirando las cifras que más llaman la atención a la doctora Mandiola le parece que son “alarmantes” y preocupantes, más aún si vemos que el estudio es muy conservador y tradicional en su foco. “Si allí muestran que sólo el 21% de la fuerza laboral está comprometida a nivel global, quiere decir que estamos muy jodidos. Estos son trabajadores de las grandes corporaciones, las que cuentan con más recursos y se llevan gran parte del PIB global”.
Destaca que el estudio dice que hay una gran mayoría de personas que responden negativamente al compromiso y a su bienestar en el trabajo. “Nos habla del agotamiento de las formas de organización del trabajo, de su modo tradicional, que se ve muy claro con el fenómeno de la gran renuncia en Estados Unidos”, agrega.
También menciona que los niveles de estrés son más altos que los niveles de compromiso y bienestar. “Esto nos muestra que el mundo del trabajo tradicional está enfermando a la gente más que dándole desarrollo”, enfatiza.
A la investigadora le parece relevante que Gallup considere al bienestar como el nuevo imperativo del mundo del trabajo. “Ellos concluyen que el trabajo ya no es un espacio de bienestar, sino todo lo contrario”.
Otro tema clave a su juicio es el cuestionamiento que se hace a la distinción entre mundo del trabajo y vida personal en línea con el concepto de conciliación. Para Marcela ya que no es posible establecerla ni sostenerla. “La gente no está dispuesta a seguir consintiendo. El bienestar excede al trabajo. Por lo tanto, una empresa, una gerencia de personas, no debería pretender ofrecer un bienestar que dé la espalda a la condiciones sociales y económicas que viven las y los trabajadores”.
Asegura que los datos son importantes porque evalúan emociones negativas tales como preocupación, estrés, rabia, tristeza. “Es una manera de unirse a los discursos de la felicidad pero reconociendo que hay infelicidad en el trabajo”, añade
Respecto a la percepción del 74% que dice que la corrupción está inserta en los negocios, Mandiola sostiene que es alarmante y trágica. Afirma que se da cuenta de la decadencia del modelo. Al parecer, indica, todo vale, no hay ética y límites. “y eso obviamente afecta el modo como nos organizamos, producimos, contratamos y pagamos, y por cierto se impacta en la calidad de vida de las y los trabajadores”
Advierte que el estudio se hace desde los intereses propios de estos lugares (Estados Unidos), donde se busca medir y entender ciertas definiciones de productividad, enmarcadas en formas de trabajar tradicionales, y además, insertas en las grandes corporaciones.
Gallup reporta que aplicó su investigación en 112 mil unidades de trabajo y en 96 países. Para Marcela quedan fuera más de la mitad de los países del planeta, y se pregunta, entonces, por los criterios de dicha selección. En su opinión, acá se puede ir configurando los reales propósitos e intereses que hay detrás. Al respecto, afirmó, que llama la atención un dato. “Gallup señala que el poco compromiso y la baja sensación de bienestar estarían relacionados con la retención, productividad, seguridad y la creación de ganancias. Lo que hay detrás de esa afirmación sólo refleja los intereses de los dueños de las corporaciones, y no el de las y los trabajadores”.
Sostiene que hay una simplificación, normalización y naturalización de las circunstancias laborales y que, además, sus contextos quedan puestos en segundo lugar. Y se pregunta: “¿El contexto laboral de Rusia es igual al de Chile? ¿Qué tienen que ver las realidades de trabajo en algunos países de África con las de Canadá o Estados Unidos, por ejemplo? ¿Qué los hace comparables?” Recalca, por lo tanto, la mirada mainstream al trabajo.
No aparecen elementos que permitan interseccionar variables. Se hace una gruesa definición sobre equidad género y hay una división etaria sólo en dos grandes grupos. No se expresan las diferencias culturales, de profesiones, de áreas de negocios, entre lo urbano y rural. Hay una gran sobre simplificación de los contenidos, producto de la envergadura del estudio y de sus intereses.
No está dirigido a quienes lideran los espacios de trabajo, su foco está en los “empleados”. No hay una mirada a las responsabilidades y a las consecuencias que impactan en el trabajo de quienes toman las decisiones. Se habla de la fuerza laboral y de los stakeholders, de los accionistas, “y nada más, se naturaliza la racionalidad instrumental neoliberal”. Según la experta hay al parecer solo un actor que es responsable de los indicadores que aquí se muestran, las y los trabajadores.
Luna: mayor preocupación por salud mental y bienestar
Juan Francisco Luna, director de Factoría Mun y académico de las U. de Chile y PUC, destaca “el aumento en el porcentaje de trabajadores comprometidos a nivel mundial, a pesar de la pandemia. Por muchos años la proporción de trabajadores comprometidos se mantuvo relativamente estable, pero en los últimos años se ha mostrado un aumento consistente en ese porcentaje. Sin perjuicio de ello, a mi juicio el porcentaje de personas comprometidas es relativamente bajo”.
También devela las consecuencias de la post pandemia en las organizaciones. “Los resultados recogen el hecho de que el Covid 19 y las cuarentenas, especialmente, desdibujaron los límites entre trabajo y el resto de la vida de las personas. Nos ha permitido ver con mucha claridad cómo la experiencia del trabajo influye en el bienestar general de las personas, y viceversa”, explica.
Reflexiona acerca de las tendencias que han surgido producto de la pandemia. “No son eventos revolucionarios sino más bien es la acentuación de procesos que ya venían desde hace años manifestándose y que fueron acelerados por el Covid-19. Lo vemos con el auge del aprendizaje a distancia, la conformación de equipos virtuales, el aumento de las reuniones y la colaboración a distancia, el uso de la analítica para comprender lo que está ocurriendo con los trabajadores, etc. Lo que muestra el reporte en cuanto a la vivencia subjetiva y emocional de los trabajadores es parte de lo mismo”, enfatiza.
Otra conclusión clave que se desprende del estudio se refiere a la valoración de la salud mental y el bienestar de las y los trabajadores. Afirma que “el porcentaje de personas que han experimentado sentimientos negativos ha ido aumentando en los últimos años, aún antes de la pandemia. Podemos ver que los colaboradores han experimentado mucho estrés, los que están preocupados, tienen rabia o pena han aumentado consistentemente en los últimos años. Esta tendencia de un incremento de las emociones negativas en los últimos años ha sido también reportada por otros estudios globales como el World Happiness Report”.
Respecto a Latinoamérica indica que ha tenido en general buenos indicadores de felicidad, de bienestar y de apreciaciones subjetivas de la vida. “Diferentes reportes mostraron por años que los países latinoamericanos estaban en posiciones más altas en relación con la satisfacción, la felicidad y bienestar subjetivo comparados con otros países con mejores condiciones en cuanto a producto interno bruto per cápita, infraestructura u otras variables. Sin embargo y dependiendo del informe que se consulte, esa situación ha venido cambiando desde el año 2018. Según Gallup, en 2017 el porcentaje de trabajadores comprometidos en Latinoamérica era el de 27% mientras que en el mundo era sólo el 15%; hoy es de 23 versus 21”, profundiza. Asevera que el reporte de este año mantiene puntajes altos en porcentaje de trabajadores comprometidos y con una mirada positiva de la vida. No obstante, “vemos que el porcentaje de personas de Latinoamérica que reportan haber experimentado altos niveles de preocupación, estrés o pena están por sobre el promedio del resto del mundo. Esto es especialmente relevante en las mujeres, que reportan tasas muy altas de estas emociones negativas”, recalca.
En el caso de Chile, argumenta, que no ha estado ajeno a esta tendencia latinoamericana de empeoramiento de los indicadores. “Una iniciativa llamada HR Labs está utilizando robots que navegan por internet buscando sitios con opiniones de las personas sobre los lugares donde trabajan. Estos comentarios luego son analizados lingüísticamente aplicando inteligencia artificial para determinar las emociones que están en su base. Se han analizado más de 50 mil comentarios, es un número que sigue creciendo, y muestra por ejemplo que el porcentaje asociado a emociones como el miedo, el enfado, la ira y la aversión se han duplicado en los últimos 5 años”, señala.
Julián: gran insatisfacción con el trabajo
Dasten Julián, doctor en sociología del trabajo e investigador asociado Universidad Austral de Valdivia, dice que el estudio se elabora “desde un ejercicio de análisis y consultoría centrado en temas laborales, de bienestar y situación del empleo en distintos países”. Plantea que identifica tendencias y características de los componentes emocionales vinculados a la calidad del empleo y sus formas. También, nos cuenta, que hace un ejercicio comparativo y estandarizado con respecto a varios ítems.
Sin embargo, subraya que el estudio deja ver un tipo de información por sobre otra, por lo tanto hay vacíos en su construcción. Cree que algunas se normalizan y otras se neutralizan. A través de un ejemplo opina que no están presentes las organizaciones sindicales, las cuales podrían dar otra visión y cruzar intereses. De esta forma, afirma, no son parte del diagnóstico e invisibilizan la voz de un actor que podría ayudar a la solución.
Destaca que es un ejercicio global, con todas las consideraciones del caso, con una visión que trata de ser comparada, además, dice, cuenta con serie de indicadores en relación a la calidad del trabajo. Asimismo, resalta el lugar relevante que ocupan las condiciones laborales. “Hay un interés en superponer las condiciones de trabajo y de vida, y también tensionar la situaciones de abuso, faltas de respeto o malestar, y eso es muy relevante”, afirma.
El doctor observa una serie de tendencias que se ven transversales: subida del estrés, producto del contexto de trabajos intensivos; la preocupación, que se habla muy en términos generales, pero está más allá del trabajo. “Latam es la región que tiene una mayor presencia de trabajadores preocupados, consecuencia de las carencias sociales e inseguridad”, agrega.
Dasten Julián indica que este enfoque identifica formas de sufrimiento en el trabajo que se combinan con elementos clínicos y en una perspectiva de evaluación subjetiva. El experto asegura que “encontramos bastante disconformidad con el trabajo vivido”. Al respecto, asegura que el estudio proyecta imaginariamente una valoración o identificación de la situación de trabajo en relación a una expectativa de vida. Y desde ahí se le consultan sus expectativas.
“Estamos en un contexto en donde existe gran insatisfacción con el trabajo. Entonces lo que vemos en los resultados es que la insatisfacción, el sufrimiento y el malestar se ha intensificado en dos líneas: en el compromiso (aumento de estrés y preocupación) y una subida de odio y en la ira que se siente durante el día, y la tristeza. Estamos marcados por situaciones de mucha indefensión que detonan en mecanismos psíquicos de resistencia que impacta en el ánimo y la personalidad, en el estado de los sujetos, que es de carácter negativo”, recalca.
El investigador de la U. Austral de Valdivia concluye que el estudio muestra una tendencia creciente de malestar y estrés en las y los trabajadores, y que la pandemia solo lo acentuó más. “El reporte marca que los dos años de pandemia han sido muy crudos, pero que a la vez se condice con una tendencia que venía en una escalada, y no es sorprendente”, enfatiza.