La emergencia climática exige al mundo organizacional un rol activo, consciente y fuera de lo políticamente correcto. ¡Está en riesgo la subsistencia de todas las especies vivas del planeta! Por eso, nuevas miradas, como el diseño de empresas regenerativas, es clave. ¿Qué puede hacer la gestión de personas? Acá los desafíos y propuestas.
El daño e impacto medioambiental aumenta cada vez más con el pasar de los años, llegando a un punto en que pareciese ser que si no tomamos conciencia la Tierra se convertirá en un planeta completamente carente de vida. Es justamente en este punto en donde surge el “movimiento regenerativo”, el cual a nivel global cuestiona la relación entre las personas, las comunidades y la naturaleza.
En el siguiente reportaje entenderemos a fondo la importancia que cumplirán las gerencias de personas en la aplicación de este concepto y en el diseño de empresas regenerativas. RH puede ser un eje central en esta iniciativa que pretende dar un paso más allá frente a la emergencia climática. Además, abordaremos el concepto de regenerar en detalle, entendiendo cómo surge y las dimensiones que tiene.
Tres voces expertas en el tema lo analizan y reflexionan en torno al rol e importancia que cumplirá este en la sociedad. Y dos especialistas en desarrollo de medioambiente externalizan su mirada respecto a la importancia de la regeneración en los distintos ecosistemas. Acá las miradas de Pedro Rivadeneira, SocialLab; Ronald Sistek, CO Consulting – Regeneración Organizacional; Sebastián Gatica, Chile Regenerativo; Victoria Uranga, consultora en comunicación para el desarrollo y Anne Kathrin Müller, de Acción Empresarial.
El rol de las gerencias de personas
Partamos entendiendo el papel decisivo que juegan las áreas de personas en esta iniciativa. La regeneración es un proceso central en todos los sistemas vivos, donde se evidencia nuestra profunda interconexión. Podemos hablar de transformar y rediseñar todos los ámbitos de la presencia humana en la Tierra, desde lo local a lo global.
Pedro Rivadeneira es psicólogo, fundador de SocialLab y actualmente se encuentra inmerso en el proyecto “Hacia un Chile Regenerativo”. Él piensa que el rol de las áreas de RH es la de ser un traductor y guía, para que aquello que piden de la alta gerencia o dirección, se traduzca y dé sentido a los colaboradores. Se requiere un entrenamiento del colaborador, en el que este tome conciencia de una serie de aspectos, como el cuidado del agua, por ejemplo, aplicando así una “precultura regenerativa”. Ese es el rol central haciendo siempre la pregunta, ¿cómo instalo y cómo vuelvo a través de diferentes acciones para que la gente vaya tomando conciencia e implementando pequeñas acciones regenerativas en su vida?, argumenta el psicólogo.
Siguiendo una línea similar, Ronald Sistek, constructor civil y actualmente especialista en proyectos regenerativos, cree que el rol de las áreas de personas, van a cumplir un papel central, pero tienen que verse más reforzadas. “Hoy en día aún el rol de RH es visto como un lugar oscuro, que se encarga de todo el trabajo sucio”, y siente que tiene que haber una transformación profunda en la manera en que su rol es percibido.
“Son el soporte de la calidad de vida de los campos sociales organizacionales, la gente no solamente tiene que estar bien, para producir más, tiene que haber un compromiso con el proyecto, y si el proyecto es malo, no tiene un objetivo que haga a la gente levantarse feliz en la mañana, siempre va a existir un problema. Es por ello que las áreas de RH van a ser un punto de acupuntura bien clave en la re-armonización entre los meta-objetivos de las organizaciones, y la manera en cómo las personas operan dentro de ellas”, detalla el especialista.
Actualmente, asegura, es posible observar un alto porcentaje de gente que se va, hay una constante rotación, una vuelta hacia la presencialidad en la mayoría de las empresas, lo que no siempre tiene sentido. “Las áreas de RH deben ser un órgano capaz de percibir mejor todo el fenómeno social que está ocurriendo, a propósito de cambios notorios en la forma de vivir, que muchas veces generan mayores niveles de incertidumbre, volatilidad, complejidad de las organizaciones y negocios”, sostiene Sistek. Siente que el rol que desempeñan aún es muy secundario y debería haber una interacción mucho más profunda entre la llamada primera línea y el área de RH.
Es en este punto en donde surge un “proceso de concientización” que ayude a entender cuáles son los procesos regenerativos y cómo estos se pueden transformar en procesos sociales, para así poder articular desde una perspectiva de colaboración genuina, la interacción entre sindicatos y dueños de las organizaciones, por ejemplo.
Ronald hace énfasis en que siempre le ha llamado la atención la naturaleza de las negociaciones entre sindicatos y empresas, y que muchas veces rayan en las amenazas, “hay mucho de ganar y perder, lo cual siempre deja una sensación amarga en las negociaciones”. Él cree que hay que aprender a incorporar una mentalidad en donde todos ganen y no que uno salga favorecido y otro perjudicado, ya que eso solo genera más problemáticas.
“La conciencia es una condición que se reparte entre el cerebro, el cuerpo y los contextos inmediatos. Si en el cerebro los pensamientos no son regenerativos, el cuerpo tampoco lo será, por tanto, los contextos mucho menos. Debe haber armonía en donde las ideas propuestas y los pensamientos se fundamenten en base a procesos regenerativos”, afirma Sistek.
Agrega que hay que fundamentarse en los patrones del mundo natural y llevarlos a ámbitos sociales. En ese sentido, plantea que hay muy pocas organizaciones que hacen eso, pero están empezando a aparecer, opina. “Llevo más de 15 años intentando construir juegos infinitos donde puedan ganar todos y no haya perdedores, sino que todos salgan beneficiados en ámbitos individuales, colectivos y en los ecosistemas donde las organizaciones funcionan, está todo mucho más hipervinculado de lo que nosotros creemos”, sentencia el constructor civil.
Es justamente por ello que, en la propuesta de entrenamiento de líderes para la regeneración, del proyecto Chile regenerativo se hace una distinción de cuatro niveles: individual, interpersonal, organizacional y sociocultural/entorno.
Para explicar un poco esta categorización Pedro Rivadeneira nos cuenta que, “dado que somos sistémicos, somos parte integral de la naturaleza, por el hecho de nacer en la Tierra, y todo lo que ocurra en ella o a nosotros, es un acto recíproco. La gente cotidianamente actúa en estos niveles, por lo que hay que tomar conciencia sobre cada uno de ellos, con un objetivo y como este reverbera, para así ir generando experiencias que aporten y den cuenta de la importancia de cuidar el entorno”.
Más allá de la sostenibilidad
La regeneración siempre ha existido como fenómeno ya que es un patrón inherente de la vida misma y como tal, es único e irrepetible. Es fundamental entender acá las relaciones que permiten sostener la vida dentro de un contexto de un todo mayor.
Para Pedro Rivadeneira el “movimiento regenerativo” representa la etapa superior a la sostenibilidad en donde ya no basta con emitir una huella de carbono cero, sino que se debe apuntar a un plus. “Hay que realizar más aportes que compensen todo lo que se ha dañado, en donde cada organización tome conciencia, y para ello deben formar lo que él denomina ‘Líderes regenerativos organizacionales’, en donde estos a través de evidencias demostrativas están formando y entrenando colaboradores. Es decir, un proceso formativo que es esencial para dar un puntapié inicial en la toma de conciencia”, enfatiza.
Por otro lado, para Ronald Sistek, una empresa u organización que se denomina regenerativa es aquella que toma en cuenta todas las perspectivas posibles de su impacto haciéndose cargo del 100% de sus costos.
“Cuando me refiero a que una organización tenga una mirada sistémica respecto de su impacto, significa que tenga presente que ojalá no solamente no haga o reduzca el daño en todos los sentidos, sino que genere un impacto positivo en lo ecológico, social y en lo cultural. Y probablemente sería interesante incorporar lo psicológico, ahí entran los campos sociales de las organizaciones, porque, a fin de cuentas, eso es una organización regenerativa aquella que también se preocupa de la regeneración de los campos sociales organizacionales”, explica Ronald.
El concepto de regeneración, sostiene Sistek, emerge bajo la reflexión de que hay un más allá de la sostenibilidad, ya que esta ya no da para más, se mira desde la suma cero, “pero si uno observa el estado actual de la sociedad desde una mirada individual de las personas y del ecosistema mayor, vemos que el estado de sobrecarga es tremendo”.
“Regenerar como lo dice la palabra es algo más profundo, que implica preocuparse por el bienestar colectivo y ecosistémico, es una nueva dirección de viaje. Esto significa que tiene como meta objetivo (regenerar personas y planeta), lo cual representa un paradigma nuevo con tres dimensiones relevantes: la práctica, ideas y las éticas”, detalla el especialista en proyectos regenerativos.
Sistek señala que “la sostenibilidad ya no alcanza”, puesto que todos los años consumimos más y más. Hoy por ejemplo se necesitan 1,7 planetas para aterrizar el CO2, “lo cual es desorbitante. Lo que se debe intentar hacer es generar una reflexión profunda respecto de cuáles son los principios en cómo creamos condiciones para la vida. Es decir, replantearse ¿cómo podemos crear condiciones para que las personas puedan al mismo tiempo producir, ser eficientes, resilientes, crecer y florecer?”.
A esto se le denomina armonía entre efectividad y resiliencia organizacional, lo cual implica una transformación cultural, con herramientas emergentes que estén enfocadas en poner la mira y el centro en la toma de decisiones.
Por su parte, Sebastián Gatica, ingeniero comercial, co-fundador y director de Chile Regenerativo, opina que es importante hablar sobre este concepto y hacerlo más común. “Primero porque uno asume o internaliza que el modelo que se ha tenido hasta hoy en desarrollo, de creación de valor, no es sostenible, ese es el primer punto. Al reconocer esto ya se abre un espacio de oportunidad de transformación y lo que está ocurriendo hoy día es que la sostenibilidad con su concepto de “net zero”, que hace referencia a recortar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta dejarlas lo más cerca posible de emisiones nulas, no es suficiente”, recalca.
Sugiere hacer el llamado a algo más “net positive”, que genere “relaciones restaurativas”, que implique relacionarse distinto con el medio ambiente y restaurar, y regenerar los ecosistemas que se vienen impactando.
¡Ahora o nunca!
Es evidente que las empresas y sus trabajadores cumplen un rol fundamental frente a la actual emergencia climática que estamos viviendo. Ante ello es fundamental cuestionarse y replantearse desde lo más profundo a propósito de: ¿Qué pueden hacer realmente para generar un cambio que sea real y perdure de aquí en adelante?
Ya tenemos claro que no basta con una emisión de carbono neutra, sino que debemos generar un plus, ir más allá y aterrizar al contexto actual en el que vive la Tierra.
Para conversar respecto a esta situación preocupante, nos contactamos con Victoria Uranga, periodista y especialista en comunicación para el desarrollo. Lo primero que señaló es que hay que reconocer que las empresas son parte del problema, por lo tanto, también de la solución. La experta afirma que la crisis climática es principalmente antropogénica y las empresas han tenido un rol clave en la emisión de gases que provocan el aumento de la temperatura. La sostenibilidad debe ser la esencia del negocio “¡Al planeta ya no le sirve el greenwashing!”, interpela.
Frente a la interpelación respecto del rol de las empresas y sus trabajadores, Victoria afirma que “lo primero es un compromiso radical para salvar la Tierra, y para eso se deben lograr empresas auténticas y responsables que integren el compromiso con la naturaleza en el corazón del negocio y de los trabajadores/as”. Por lo tanto, implica un trabajo estratégico profundo con y desde las personas que integran la empresa. “Esta es una tarea de transformación en muchos niveles y debe tener como motor el amor a la vida”, recalca Victoria.
Dentro de este contexto explica que hay cuatro senderos para co-construir cambios. En primer lugar, lo chico y lo pequeño sí importa. Cierto, hay un centenar de grandes empresas que son las responsables de más del 70% de las emisiones globales de los gases de efecto invernadero, sin embargo, lo que hace tu empresa y tú como parte de ella es relevante en la situación de crisis en que estamos, porque somos parte de un ecosistema donde todo está interrelacionado. “Ya no bastan los granitos de arena, debemos salir ¡a sembrar semillas! Esto es metafórico y real”, hace hincapié la periodista.
En esta línea, Anne Kathrin Müller, gerente de desarrollo de Acción Empresas, cree que respecto de la crisis climática hay varios imperativos claves para el sector privado. El primero tiene que ver con mitigar y disminuir decididamente la huella de carbono para llegar a net zero lo antes posible, pero a más tardar a mitad de siglo para mantener dentro de un rango 1,5 máximo 2 grados el calentamiento global.
Para eso Chile tiene una estrategia de carbono neutralidad, pero también las empresas están, no solamente midiendo, sino poniéndose metas concretas para ir reduciendo su huella de carbono, especialmente las empresas más avanzadas en temas de sostenibilidad.
Un segundo tema es la adaptación. Chile es un país que está expuesto a 7 de 9 criterios de vulnerabilidad de cambio climático. Entre ellos, muchas áreas costeras, vulnerabilidad por desastres naturales, zonas semiáridas y áridas, etc.
Y el tercer tema, y no menos relevante, es el de la biodiversidad. Según la gerenta se están “perdiendo una tremenda cantidad de especies en el mundo tanto de fauna y flora, la biodiversidad está disminuyendo rápidamente, y eso tiene impactos severos sobre el quehacer de las empresas, pero también sobre la humanidad completa”.
Anne señala lo que es transversal a estos tres pilares: involucrar a las personas. Por eso, asevera “se debe hacer una transición que involucra no solamente a todos los actores privados, públicos, sociedad civil y también la academia, sino que además tiene que ser compatible con las personas, y sobre todo con aquellas que están viviendo en condiciones más vulnerables”.
En una entrevista, destaca la ejecutiva, Doug McMillon, presidente y director ejecutivo de Wallmart decía: “Queremos jugar un papel importante en la transformación de las cadenas de suministro del mundo para que sean regenerativas. Durante 15 años, hemos forjado alianzas para desempeñar el trabajo y elevar continuamente nuestras ambiciones de sostenibilidad en cuanto a acción climática, la naturaleza, los desechos y las personas. Los compromisos que estamos asumiendo hoy no solo apuntan a descarbonizar las operaciones globales de Wallmart, sino que también nos llevan a convertirnos en una empresa regenerativa, que trabaja para restaurar, renovar y reponer, además de preservar nuestro planeta y que alienta a otros a hacer lo mismo”.
De este modo, queda constatada la suma relevancia que cumplirán las áreas de RH y las propias empresas en este proceso. Por eso, “Chile Regenerativo” es una oportunidad para salvar el planeta desde nosotros, desde ti, desde mí.
RH puede facilitar el desarrollo de conciencias activas instalando la idea de empresas regenerativas. ¿Qué estás esperando?
En foto de izquierda a derecha: Pedro Rivadeneira, Victoria Uranga, Sebastián Gatica, Anne Kathrin Müller y Ronald Sistek.