Por Patricio Rifo, Director Ejecutivo RHM.
Inadvertida. Poco comentada. Casi inexistente en los grandes medios la noticia sobre tendencias laborales de la OIT para el 2019. Ver acá Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: tendencias 2019. Sólo publicó el informe el medio digital El Mostrador. Sin embargo, a través de nuestra prensa tradicional sí nos enteramos que el ministro de Economía considera que leer es una perdida de tiempo y que él no se considera «cuico». También fue tema de interés nacional que el actual ministro del Trabajo nos aclarara que los datos del empleo del INE están mal calculados y siempre son mejores de lo que muestran las cifras de las instituciones oficiales. Quizá tampoco la OIT sabía que esa semana en Chile estaba el festival de Viña y que además estamos más preocupados de lo que pasa en Venezuela.
Los profesionales de RH sí debemos ocuparnos y atender los temas que emergen desde la OIT, y de cualquier otra institución multilateral internacional. Esa data nos ayuda a comprender y entender qué pasa con nuestro entorno laboral, más allá de las fake news que nos invaden y distraen a diario. Tener un diagnóstico claro y con evidencia científica es nuestra responsabilidad ética, técnica y estética.
¿Qué nos muestra el informe de la OIT? Destacamos dos ideas claves para RH: la mala calidad de los empleos y la discriminación decimonónica hacia las mujeres (tres de cada cinco personas que trabajan en el mundo son hombres). La OIT subraya que existen 3.300 millones de trabajadores y trabajadoras en el mundo que no cuentan con condiciones óptimas económicas, de salud, de bienestar material debido a sus empleos. Respecto a Chile la tasa de informalidad es del 40,5% de nuestra fuerza laboral (53% a nivel latinoamericano).
Tres reflexiones que se desprenden de la data. A pesar de tener un empleo asalariado los trabajadores son pobres (3.300 millones). El crecimiento económico de la mano del mercado no asegura empleos de calidad, decentes y protegidos. Y las mujeres siguen siendo discriminadas en participación laboral, en salario, en posiciones de poder, y en el caso de Chile, además, en salud (si quieren mejor salud deben pagar más que los hombres).
Desde RH debemos mirar más allá de las modas. ¿Podemos hacer transformación digital con IA que mejore los sueldos con un coeficiente gini de país perteneciente a la Ocde, por ejemplo?
Por lo tanto, los profesionales RH deben poner sus mejores esfuerzos, primero que nada, en mejorar los salarios de miles de trabajadores y de mujeres que siguen esperando el tren de la modernidad. ¡Lo primero es lo primero! Resueltas las bases para una empresa sustentable y perdurable, bienvenidas todas las prácticas RH de clase mundial. ¿Qué pasa si una gestión de personas no puede asegurar la sustentabilidad del negocio como consecuencia de sueldos indecentes? ¿Logra compromiso? ¿Entrega bienestar? ¿Construye cultura de orgullo? ¿Da rentabilidad perdurable a los accionistas? ¿Asegura climas laborales nutritivos? ¿Cuenta con sindicatos aliados? ¿Gestiona personas o empleados?
¡Todos perdemos con salarios indecentes! ¿Cómo avanzamos? El mercado falló en la construcción de salarios más justos y decentes. Frente a su miopía sólo nos queda la ética y la buena política como herramientas para nivelar la cancha. Hacer mejores empresas con personas satisfechas, depende de nosotros.
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*Foto principal gentileza de libertad digital