Ron Carucci, cofundador y socio gerente de Navalent y autor más vendido de ocho libros, incluyendo “To Be Honest” y “Rising to Power”, escribió un interesante artículo en HBR titulado “Qué no hacer cuando intenta motivar a su equipo”. En este artículo, Carucci aborda algunas de las ideas comunes pero inefectivas que los líderes suelen aplicar para motivar a sus empleados y ofrece enfoques alternativos que funcionan de manera más efectiva.
Uno de los errores comunes que los líderes cometen al intentar motivar a su equipo es elogiar desde el coche o de manera superficial. Carucci señala que cuando los líderes aplican técnicas de motivación sin sinceridad ni conocimiento real, los empleados perciben esto y ven a través del esfuerzo superficial. En lugar de “motivar” a la gente, Carucci sostiene que los líderes deben enfocarse en dar forma a las condiciones en las que otros eligen, o no, estar motivados. La motivación, según él, es una elección personal y no algo que pueda ser impuesto por el líder.
Otro enfoque equivocado es inventar cosas, como elogiar logros que nunca sucedieron o exagerar el reconocimiento para compensar la culpa. Carucci advierte que los empleados pueden darse cuenta cuando los líderes no son sinceros o intentan manipular con expresiones de gratitud excesiva.
En cambio, Carucci propone enfoques más efectivos para el reconocimiento y la motivación. En primer lugar, sugiere que los líderes pidan la historia detrás de un logro y escuchen atentamente, ya que esto demuestra que valoran el trabajo del empleado y lo consideran significativo. Además, aconseja contextualizar la gratitud, explicando cómo los esfuerzos individuales contribuyen a los objetivos más amplios de la organización. De esta manera, los empleados comprenden la importancia de su trabajo dentro del contexto organizacional.
Por último, Carucci enfatiza la importancia de reconocer el costo que los empleados han asumido al realizar sus contribuciones. A menudo, los empleados ocultan las dificultades que enfrentaron por temor a parecer débiles, por lo que reconocer sus desafíos hace que la gratitud del líder sea más creíble y fortalece la confianza en la relación líder-empleado.
En resumen, Carucci argumenta que el reconocimiento y la motivación efectivos surgen de un liderazgo auténtico y empático, donde los líderes comprenden las necesidades de sus empleados y valoran genuinamente sus contribuciones. Al crear un entorno rico en reconocimiento, los líderes pueden inspirar a sus equipos para que den lo mejor de sí mismos y alcancen resultados excepcionales.
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