En un mundo empresarial marcado por desafíos y cambios constantes, la búsqueda de la fórmula mágica para transformar una cultura tóxica se ha convertido en una odisea para muchos líderes. El reciente artículo “Cómo transformar una cultura tóxica”, escrito por los expertos en gestión Donald Sull y Charles Sull para MIT Sloan Management Review, arroja luz sobre esta cuestión apremiante.
La fuente de esta reveladora investigación es el MIT Sloan Management Review, un referente en el mundo de la gestión empresarial, que se asocia con Glassdoor en el innovador proyecto Culture 500. Este proyecto utiliza más de 1,4 millones de revisiones de empleados para analizar la cultura en empresas líderes y emplea un enfoque científico para medir la cultura organizacional.
El artículo destaca tres factores críticos en los que las empresas deben enfocarse para abordar la toxicidad en el lugar de trabajo: liderazgo, normas sociales y diseño de trabajo. Según más del 90% de los CEOs y CFOs en América del Norte, mejorar la cultura corporativa impulsaría el desempeño financiero, situando una cultura saludable entre los principales factores de impacto en los resultados. Sin embargo, más del 80% reconoce que su cultura organizacional aún no alcanza su máximo potencial.
¿Por qué, entonces, los líderes no invierten más tiempo en mejorar la cultura? La respuesta radica en la falta de orientación concreta. Para muchos ejecutivos, “arreglar la cultura” parece un desafío imposible. Sin embargo, los autores del artículo proponen un camino basado en la investigación.
En su estudio, Sull y Sull identificaron cinco atributos que hacen que una cultura sea tóxica: irrespetuosa, no inclusiva, poco ética, despiadada y abusiva. Estos aspectos tienen un impacto perjudicial en la salud mental y física de los empleados, así como en el rendimiento organizacional.
Los líderes que buscan desintoxicar su cultura deben centrarse en tres áreas clave: liderazgo, normas sociales y diseño de trabajo. El liderazgo se revela como el factor más influyente, lo que subraya la importancia de que los líderes se responsabilicen por el comportamiento tóxico. Las normas sociales definen el comportamiento esperado en la empresa y pueden existir en equipos específicos o en toda la organización. Por último, el diseño del trabajo, que incluye la carga de trabajo y las demandas laborales, también desempeña un papel fundamental en la cultura.
A medida que las empresas buscan desintoxicar sus culturas, es crucial recordar que no existe una solución única. El enfoque adecuado dependerá de la organización, su estrategia y su situación específica. El artículo de Sull y Sull proporciona una serie de intervenciones basadas en la evidencia, organizadas en torno a estos impulsores clave, para ayudar a los líderes a transformar sus culturas y crear entornos de trabajo más saludables.
En resumen, la clave para transformar una cultura tóxica está en manos de los líderes que se atreven a enfrentar el desafío. La investigación de Sull y Sull, respaldada por el prestigio del MIT Sloan Management Review, ofrece una guía valiosa para aquellos que buscan desintoxicar sus lugares de trabajo y construir culturas más saludables y productivas.
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