Los trabajadores experimentan seguridad en la intersección de diferentes partes de su identidad, incluido el género. La Oficina de la Mujer, creada en 1920, ha estado a la vanguardia de los esfuerzos para mejorar las condiciones laborales de las mujeres y defender su seguridad durante el último siglo. Se están explorando tres temas clave de equidad de género en el lugar desempeño que se relacionan con la seguridad y salud ocupacional, que son la violencia y acoso de género en el trabajo; equipos protectores para diversidad de cuerpos; y salud mental maternal.
Como se reconoce en el primer Plan Nacional de Estados Unidos para acabar con la Violencia de Género, la violencia y el acoso de género no son sólo una manifestación de discriminación, sino también una cuestión de salud y seguridad en el trabajo. Los compañeros de trabajo, supervisores, clientes o clientes pueden perpetrar violencia y acoso de género contra los trabajadores no sólo en el lugar de faena, sino en cualquier lugar donde se les pague a los trabajadores, en las áreas donde los colaboradores toman descansos, en la capacitación relacionada con y a través de actividades relacionadas con el trabajo. La violencia de pareja y otras formas de violencia de género también pueden extenderse y afectar el lugar de trabajo, amenazando la seguridad de los empleados. Por ejemplo, si un acosador ingresa al lugar donde se desempeña de su víctima, puede hacer que el empleado y otras personas se sientan inseguros.
Cuando es posible, la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA) del Departamento de Trabajo hace cumplir la cláusula de deber general de la Ley de Salud y Seguridad Ocupacional al realizar inspecciones relacionadas con la violencia en el trabajo, incluida la de género. La cláusula de deber general obliga a los empleadores a proporcionar “un empleo y un lugar de trabajo que estén libres de peligros reconocidos que estén causando o puedan causar la muerte o daños físicos graves”.
Además, la Oficina de la Mujer firmó un memorando de entendimiento con la OIT para Estados Unidos y Canadá para mejorar los principios y prácticas prometedoras que figuran en el Convenio sobre la violencia y el acoso de ese organismo internacional. Uno de los principios clave es la importancia de identificar los riesgos y evaluar los asomos de violencia y acoso, con la participación de los trabajadores y sus representantes, y tomar medidas para prevenirlos y controlarlos. La prevención es clave para poner fin a la violencia y el acoso de género en el mundo del trabajo, en particular abordando sus causas profundas.
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