Juan Flores, Ph.D, psicoanalista, director del magíster en psicoanálisis de la UAI y profesor en el Instituto de Formación de Psicoanalistas de Ichpa, asegura que “frente a la muerte y la constancia de su existencia, no existe definición posible que de cuenta de la posibilidad de disolver su impacto. Lo imprevisto, es decir, aquellos que trastoca nuestros proyectos, y que quiebra la ilusión de una continuidad, nos muestra la violencia efectiva de la precariedad de la vida y eso aumenta nuestra angustia y fragilidad. Lo esencial, es que frente a la irrupción de aquello que estamos impulsados a negar (morir), es que podamos crear un espacio para la despedida desde lo interno y acompañada por los más cercanos. Nunca hay, además, palabras para poder consolar esas perdidas. Por ellos es importante llegar a esos momentos sin deudas, sin la sensación de no haber dicho y expresado lo que me hubiese gustado relatar a ese ser querido. Sólo el cariño y la solidaridad en esos momentos puede quizás crear un espacio de duelo necesario para despedirse en paz y con la fuerza suficiente para enfrentar la nostalgia de lo perdido”.
RH Management reporteó sobre el impacto de la muerte en las áreas RH y cómo se debería gestionar esa perdida irrecuperable. Acá nuestra investigación.
Cuando el imprevisto supera la gestión: Muerte y protocolos RH
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Mirarla a los ojos…
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