Por: Marlene Larson, gerenta general AMDD
En marzo de 2015 la Fundación Sol publicó un estudio llamado: “Mujeres Trabajando: Una exploración al valor del trabajo y la calidad del empleo en Chile”. El estudio da cuenta de algo sabido y que es la existencia de brecha salarial que favorece siempre a hombres sobre mujeres. Sin embargo, un dato curioso de nuestra realidad es que la mayor brecha se da en sectores que exigen también mayor formación profesional. En este grupo la diferencia de sueldo supera el 50 por ciento. Para saber un poco sobre este tema entrevistamos a Marlene Larson, directora de la agrupación Mujeres en Alta Dirección.
Larson se desempeña actualmente como gerente general de la Asociación de Marketing Directo y Digital de Chile, AMDD. Ha desarrollado una larga carrera profesional ejerciendo cargos gerenciales en el sector de los medios y comunicaciones y ha sido asesora de empresas en temas de liderazgo y ambiente laboral. Le preguntamos a Larson ¿Qué explica esta diferencia salarial?
¿Qué explicación puede tener aplicar una escala salarial diferenciada en trabajos que pueden ejecutar tanto hombres como mujeres?
Podemos encontrar actualmente muchas razones para la diferencia salarial, partiendo porque estamos aún en una cultura machista donde las pirámides de las empresas están cubiertas especialmente por hombres y todavía quedan ideas en que el sueldo de la mujer se asocia a un segundo sueldo dentro de la familia. También debemos considerar que el tipo de carreras que eligen en general las mujeres tienen actualmente una remuneración menor que las relacionadas con la informática, la construcción, la electrónica, o las vinculadas con el mundo tecnológico.
Sin embargo y a pesar de que ha existido un avance en la participación laboral femenina que está cercana al 50%, Chile retrocedió del lugar 46 al 87 en el índice de igualdad de género del Foro Económico Mundial y los sueldos son un tercio menor al de los hombres en un mismo cargo y en niveles de post grado. La brecha aumenta llegando a ganar las mujeres un promedio de $900.000 y los hombres $1.700.000.
Por otro lado, los niveles educacionales de la mujer han aumentado significativamente, superando al de los hombres, lo que forma un grupo laboral de mujeres preparadas y con la disposición a asumir una larga carrera profesional. Considerando todo esto, no parece tener ninguna lógica estas grandes diferencias salariales, llegó el momento de erradicar definitivamente el tema y que nos propongamos en conjunto: a mismos cargos y responsabilidades, mismos salarios.
¿Qué se puede hacer en Chile para disminuir esta brecha?
La intención de equilibrar una carrera profesional con la vida familiar, el cuidado de los hijos y del hogar es responsabilidad de todos. Hay que entregar mayores oportunidades a mujeres para incorporarse al mundo del trabajo, con políticas públicas y gubernamentales que incluyan la flexibilidad laboral.
Tema para las asociaciones empresariales y gremiales en conjunto con la empresa privada. La mujer tiene que atreverse, exigir las mismas condiciones y estar dispuesta a asumir los desafíos que exige una carrera profesional.
Esta columna fue publicada en RHM 88, junio 2015