6 reflexiones para vivir la empresa

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¿Cómo nos sentimos en las empresas en las que trabajamos? Para ambos al mirar nuestra deriva humana, vemos que lo que en último término guía el curso de nuestra existencia son las emociones, el si nos sentimos bien o no en el habitar que vivimos.

1 PERSONAS: CREADORAS DE LA EMPRESA

Las organizaciones las hacen las personas. Las empresas son comunidades humanas en las que todo su hacer surge como una red de conversaciones generadas por quienes las constituyen, armonizando sus haceres desde una operacionalidad que les hace sentido en su pertenecer a ella y que le da el carácter racional de los procesos productivos o de servicios que la constituyen como tal en la sociedad. Procesos productivos o de servicios que, como todo hacer humano, seguirán también el curso de las emociones o del bien-estar que surja al realizarlos, cualquiera ellos sean. “Si nos encanta lo que hacemos es porque nos sentimos bien al hacerlo, porque nos hace sentido en nuestro vivir y se conserva espontáneamente, sin esfuerzo. En las personas esto sucede siempre que vivimos un hacer responsable y ético”, confirma Humberto Maturana.

2 PERSONAS: JUNTAS EN LA INSPIRACIÓN

Vemos a los otros al sentir que compartimos un hacer común. Las relaciones humanas al interior de una organización, cuando se dan en torno a un proyecto común, son una invitación efectiva a la participación reflexiva y de acción en los quehaceres de la organización, que surgen como parte de la colaboración en ese proyecto, que es de todos. Nos damos cuenta -dice Ximena Dávila- que la efectividad de nuestros “haceres” se completa con los otros. “Surgen como totalidad de la co-inspiración y colaboración de las diferentes miradas, comprensiones, experiencias y talentos que cada persona vive”.

3 PERSONAS: CONVERSACIONES EN EL BIEN-ESTAR

Las personas vivimos en el conversar. El comunicarnos hablando con los demás es nuestro modo de vivir como seres vivos. Nos gusta hacerlo, nos gusta encontrarnos en el hacer cosas juntos. “Nos gusta escucharnos, sentirnos respetados, sentirnos vistos. Nos gusta colaborar. Nos gusta crear e innovar. Nos gusta ser autónomos. Nos gusta ser reflexivos. Nos gusta ser responsables.

Y nos gusta también recibir reconocimiento por lo hecho”, afirma Ximena Dávila. Nos gusta todo eso en el conversar, a juicio de Humberto Maturana, cuando ese conversar es en la confianza y el respeto, cuando conserva el “bien-estar”. Cuando las conversaciones de gestión surgen en la co-inspiración. Cuando conversamos como personas sin que ello sea una impertinencia para los procesos productivos o de servicio que realizamos en el proyecto común de nuestra organización. 

4 PERSONAS: CRECEMOS EN LA COLABORACIÓN 

Las personas no somos dueñas de la verdad. Nuestra biología nos muestra que el mundo que vivimos surge de nuestro vivir juntos. Que vemos lo que vemos en y desde nuestro conversar. Que cuando ese conversar es en la colaboración lo que vemos es que nuestra creatividad, nuestra inteligencia se expande. Porque no tenemos entonces que convencer a nadie. No tenemos entonces que hacer esfuerzos por mostrar algo a nadie. Lo que vemos lo vemos juntos y surge del encuentro de nuestros sentires, de nuestras emociones, de nuestras ganas. “Lo que vemos es siempre una invitación a encontrarnos en un mundo creativo e innovador”, dice el científico nacional. 

5 PERSONAS: PRESENCIA SOLO EN EL AMAR 

Las personas habitamos diferentes mundos. En nuestras familias, en la amistad, en la calle, en la sociedad, en el trabajo, en las escuelas o centros educacionales, en cada comunidad humana que existe en nuestro vivir cotidiano. Y lo hacemos siempre como totalidades, como personas completas. Y cuando estamos en el bien-estar donde quiera que estemos, estamos enteros allí. El problema que ven Humberto y Ximena es que en nuestro presente cultural global hemos recreado un modo de vivir que genera desamar. “Las personas sentimos que lo que hemos dado, lo que damos, no ha sido visto, reconocido, ni aceptado… Deseamos tener presencia porque amar es ver”, reafirman. Eso significa vernos a nosotros mismos, vernos entre nosotros, ver todo lo que nos rodea. 

6 ¿CUÁNTO IMPORTAN LAS PERSONAS? 

El bien-estar sustentable es un resultar. La sustentabilidad del bien-estar de las personas y del mundo natural que vivimos requiere en este presente cultural que vivimos de una transformación, que se haga cargo de lo que aquí hemos dicho. Los cambios en las redes de conversación de una organización, cualquiera sea esta en tanto conversaciones sociales, operacionales, técnicas y procesos, surgirán sólo si el flujo de la gestión de la organización es un flujo de gestión en el que verdaderamente importan las personas en el amplio y profundo sentido que aquí evocamos. Para Humberto y Ximena, esa es una transformación que en este presente cultural requiere una profunda comprensión de la clase de seres que somos como seres vivos y como seres humanos. 

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