“El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada”. Goethe
Por lo general, las empresas tradicionales penalizan los errores de sus trabajadores, como si errar no fuera humano. El problema de esta práctica autoritaria y destemplada es que, con el tiempo, las personas para evitar riesgos y malos ratos, dejan de emprender iniciativas. Por lo mismo, es habitual entender un error como un nulo aprendizaje, sin embargo, es todo lo contrario. Cuando una persona se equivoca lo que está viviendo es un profundo aprendizaje, ya que a partir de esa experiencia compara prácticas, reflexiona sobre lo realizado y, obviamente, concluye que el error no se puede repetir. Es decir, apunta a buscar la excelencia en futuras acciones similares desde lo ya vivido. Un llamado de atención, un reto, un mal momento frente al error genera miedo, desconfianza, humillación y desempodera para futuras acciones. No se trata de vivir en el error, el desafío es aprender desde una confianza absoluta
Preguntas para reflexionar
¿Cómo reacciona usted frente al error de algún colaborador de su equipo?
¿Con qué emociones se conecta frente a las fallas?
¿Busca generar algún aprendizaje de esas crisis?
¿Qué tipo de conversaciones realiza usted con el equipo frente a estos momentos complejos?
¿Qué debiera aprender usted para encauzar de mejor forma estas instancias de errores y aprendizajes?
¿Empodera a su personal para fallar y para después enmendar e ir por más? Usted, frente a los errores, ¿aplica conversaciones significativas, induce a preguntas, genera confianza?
Características
- Una empresa que esconde el error es una compañía que no aprende.
- Un equipo temeroso de fallar es un colectivo humano sordo.
- Los líderes son quienes diseñan los estados emocionales frente al error.
- La confianza se vive intensamente en las crisis y en los aciertos.
- Una empresa consciente aplica reflexión frente a una falla cualquiera.
- Los grandes aprendizajes aparecen en las organizaciones que dialogan.
- Dejar hacer después de un error resulta el mejor de los consejos.
- Todo error, cuando se sistematiza, analiza y concluye, aporta
Te s t i m o n i o
Cuando fui jefe de mantención nunca toleré las fallas en mi equipo. Con el tiempo percibí que la gente me tenía miedo y poca confianza. No me daba cuenta, 48 solo sé que cuando alguien se equivocaba yo me indignaba exageradamente (Camilo, empresa de electrodomésticos, Perú).
Aprendizaje: Una empresa que teme equivocarse es una compañía con muchos puntos ciegos, es una organización alejada de todo aprendizaje y reflexión colectiva, con esto se transforma en una institución con escasos recursos adaptativos. El miedo inhibe y, desde ahí, toda pregunta se transforma en silencio. De esta forma, invisibilizar un error es fomentar la ceguera crónica dentro del equipo.
Nota del editor: Comenzamos a publicar extractos del libro Organizaciones Vivas!, de Fernando Véliz Montero, Ph.D, quien nos colabora en su producción y diseño.